jueves, 28 de enero de 2016

El Poema de Seng Ts’an. Sobre la Confianza en el Corazón

Desterrar la Realidad es hundirse profundamente en lo Real; Lealtad o devoción al Vacío implica la negación de su vacuidad.

Mientras más hables y pienses acerca de Eso, Eso se alejará más de ti; detén tu habla y detén tu pensamiento, y no habrá nada que no entiendas.

Regresa a la raíz y encontrarás el significado; persigue la luz, y perderás su origen; mira internamente, y en un destello - un abrir y cerrar de ojos - conquistarás lo Aparente y el Vacío.

Porque de la confusión de lo Aparente y el Vacío vienen todos los puntos de vista erróneos; no hay necesidad de buscar la Verdad; sólo detengan sus puntos de vista.

No acepten ninguna de las posiciones, examinen lo que sea y persíganlo; con el más mínimo pensamiento de ‘Es’ o ‘No Es’, deviene el caos y la Mente se pierde.

Aunque los dos existen por la Unidad, no se agarren a Ella; solo cuando el no-pensamiento surge es que están los Dharmas sin censura/culpa.No censura/culpa, no Dharmas; no surgir, no pensamiento.

El “hacedor” se desvanece junto con la acción; la acción desaparece cuando el hacedor es aniquilado. La acción no tiene función aparte del hacedor. El hacedor no tiene función aparte de la acción.
La Verdad última acerca de ambos Extremos es que ellos son Un Solo Vacío. En ese Solo Vacío los dos no se distinguen; cada uno contiene en sí mismo las Diez Mil Formas completas.
Inclusive, si sólo si dudamos entre lo fino y lo ordinario, estaremos tentados a ser partidarios.

sábado, 23 de enero de 2016

El Poema de Seng Ts’an. Sobre la Confianza en el Corazón

Algunas reflexiones de un pensador del budismo Zen, su tercer maestro.

El Camino Perfecto es difícil solamente para aquellos que eligen y escogen; no gusten, no disgusten; y todo entonces será claro.

Hagan de un pelo la diferencia y el Cielo y la Tierra se separarán; si quieren que la verdad se manifieste ante ustedes, nunca estén ni a favor ni en contra.

La lucha entre los dos – a favor y en contra – es la peor enfermedad de la mente; mientras el significado profundo se malinterpreta, es inútil meditar en la Calma.

Ella es vacía y ningún rasgo como el espacio; no tiene ‘poco’ o ‘mucho’; solamente porque tomamos y rehusamos, nos parece que no es así.

No persigan los Enredos o Complicaciones como si fueran cosas reales; no traten de rechazar el dolor pretendiendo que no es real;

El dolor, si ustedes buscan la serenidad en la Unidad, de acuerdo a eso, se disipará por sí mismo.

Detener todo movimiento para estar en calma y descansar, será en sí mismo el desasosiego; permanece en cualquiera de los extremos, y la Unidad o Totalidad se pierde para siempre.

Aquellos que no pueden lograr la Unidad ya sea en un caso o en el otro, fracasaran.

domingo, 17 de enero de 2016

Cuentos Sufís de Rumí

EL ÁRBOL DE LA SABIDURÍA
Circulaba el rumor de que existía en la India un árbol cuyo fruto liberaba de la vejez y de la muerte. Un sultán decidió entonces enviar a uno de sus hombres en busca de esta maravilla.
Partió, pues, el hombre y, durante unos años visitó muchas ciudades, muchas montañas y muchas planicies. Cuando preguntaba a los transeúntes dónde se encontraba este árbol de la vida, la gente sonreía pensando que estaba loco. Los que tenían corazón puro, le decían:
"¡Eso son cuentos! ¡Abandona esa búsqueda!"
Otros para burlarse de él, lo enviaban hacia selvas lejanas. El pobre hombre no alcanzaba nunca su meta, pues lo que perseguía era imposible. Perdió entonces la esperanza y tomó el camino de vuelta, con lágrimas en los ojos.
Durante el camino, encontró a un sheij y le dijo:
"¡Oh, sheij! ¡Ten piedad de mí, pues estoy desesperado!
¿Por qué estás tan triste?
Mi sultán me ha encargado que busque un árbol cuyo fruto es el capital de la vida. Todos lo desean. He buscado durante mucho tiempo, pero en vano. Y todo el mundo se ha burlado de mí."
El sheij se echó a reír:
"¡Oh corazón ingenuo y puro! Ese árbol es la sabiduría. Sólo el sabio la comprende. Se la llama a veces árbol, a veces sol, u océano, o nube. Sus efectos son infinitos, pero él es único. Un hombre es padre tuyo, pero él, por su parte, es también hijo de otra persona."

sábado, 9 de enero de 2016

Cuentos Sufís de Rumí

CUATRO MONEDAS DE ORO
Un hombre había dado a cuatro personas una moneda de oro a cada una.
El primero dijo:
"¡Vamos enseguida a comprar ENGUR!"
El otro, que era árabe, dijo:
"¡No, ENGUR no. ¡Yo quiero INEB!"
El tercero, que era griego, exclamó:
"¡Yo habría preferido ISTAFIL!"
El cuarto, un turco:
"Yo quiero uzum (uva)."
Estalló así una querella insensata entre los cuatro amigos. Discutían por ignorar la significación de lo que deseaba cada uno. Si hubiese estado allí un sabio, habría dicho:
"Con vuestro dinero, podéis satisfacer todos vuestros deseos. Para vosotros, cada palabra es una fuente de desacuerdo. Pero, para mí, cada palabra es una guía hacia la unión. Vosotros queréis todos uva sin saberlo."