miércoles, 30 de marzo de 2022

Meditaciones - Marco Aurelio

¿Cuál es el uso que hago de mi alma en ese momento? Esto es lo que debe uno preguntarse continuamente y lo que es preciso examinar. ¿Qué ocurre ahora en esta parte de mi ser que le sirve de guía? ¿De quién es, y cómo, el alma que tengo? ¿Acaso es de un niño; de un joven; de una mujercilla; de un tirano; de un animal desprovisto de instinto; de una fiera?

domingo, 27 de marzo de 2022

Meditaciones - Marco Aurelio

Todas las cosas se hallan cubiertas de un velo tan espeso, por decirlo así, que más de un filósofo de mérito ha pensado que era absolutamente imposible descubrir el fondo. Desde luego, hasta los mismos estoicos piensan que este descubrimiento es difícil, por lo menos, y que todas nuestras opiniones están sujetas a cambios. ¿Acaso, pues, hay alguien que no cambie de idea? Examina ahora los objetos que poseemos. ¡Cuán corta es su duración! ¡Y cuán despreciables son, puesto que un libertino, una cortesana o un bandido, o cualesquiera, pueden poseerlos del mismo modo que nosotros! Echa luego una mirada sobre las costumbres de los que viven contigo: el más agradable de todos ellos es apenas soportable; ¿qué digo?, difícilmente habrá alguno que pueda soportarse a sí mismo. Ahora bien; me pregunto: en estas tinieblas, en este pútrido fango, en este torrente avasallador que arrebata el tiempo y la materia, ¿puede haber algo que merezca la estima o el menor aprecio? Al contrario, se ve uno reducido a consolarse a sí mismo, esperando la propia y natural disolución, sin impacientarse por su tardanza y ateniéndose únicamente a estas dos consideraciones: primeramente, que no puede sucederme nada que no se halle de acuerdo con la naturaleza universal, y en segundo lugar, que solo consiste en mí el no obrar contra mi dios y mi genio, porque ninguna fuerza en el mundo puede obligarme a desobedecerlos.

viernes, 25 de marzo de 2022

Meditaciones - Marco Aurelio

No te apures, ni te desanimes, ni te impacientes de ningún modo si tus acciones no corresponden siempre a tus buenos principios. ¿Te has apartado de ellos? Pues vuelve a la carga y considérate feliz si tus acciones en general han sido dignas de un hombre, y ensalza esta filosofía cuyas huellas vuelves a seguir. No continúes por este camino como un chiquillo cuando va a la escuela, sino como el enfermo de la vista que va en busca de una esponja o una venda, como el que se dispone a tomar una loción o a ponerse una cataplasma. No aceptes conformarte en todo con la razón, sino busca dentro de ella la tranquilidad. Ten presente que la filosofía solo quiere lo que tu naturaleza, y tú quisieras otra cosa aun en contra de tu naturaleza. ¿Cuál de estas cosas procura mayor satisfacción? ¿Acaso no es por ahí, precisamente, por donde los placeres nos halagan? Reflexiona, pues, si lo que procura mayor satisfacción no es la grandeza del alma, la libertad, la benevolencia, la lealtad y la pureza de las costumbres. ¿Hay algo más agradable que la prudencia, si consideras que, descubriendo los principios verdaderos y las consecuencias de las cosas, nos hace huir del error y triunfar en nuestras empresas?

miércoles, 23 de marzo de 2022

Meditaciones - Marco Aurelio

Lo mismo que decimos: Asclepios ha ordenado al enfermo montar a caballo, tomar baños fríos o andar descalzo, podemos decir también de la naturaleza del universo: que ha ordenado a tal o cual individuo una enfermedad, un padecimiento, una pérdida sensible u otra cosa análoga. En efecto, en el primer caso, la frase «ha ordenado» significa verdaderamente: el médico ha puesto en orden los medios adecuados para reestablecer la salud del enfermo, y en el segundo caso significa también que la Naturaleza ha puesto lo que a cada uno de nosotros nos sucede en el orden que conviene a la existencia universal, y decimos «convenía» en el sentido de esta palabra empleado por los arquitectos cuando dicen que las piedras de sillería son a propósito para un muro o una pirámide, porque se adaptan bien las unas con las otras para formar un conjunto. En suma, solo hay una armonía; y así como el conjunto de todos los cuerpos forma el mundo entero tal como existe, del mismo modo el juego de todas las causas produce un efecto particular que se llama destino. Lo que estás diciendo ahora, hasta los más ignorantes lo conciben. ¿Acaso no dicen estos: ¿Su destino lo ha querido», es decir, la coordinación inmutable de las cosas? Acojamos, pues, lo que nos sucede como acogemos las órdenes de los médicos. Hay, en efecto, muchas cosas desagradables en lo que estos ordenan, y, sin embargo, nos sometemos a ello voluntariamente, con la esperanza de vernos curados. Ejecuta y cumple, como si se tratara de tu salud, aquello que la Naturaleza ha creído conveniente. Es preciso, pues, someterse gustoso a todo lo que te sobrevenga, desde luego, porque ha sido destinado para ti, coordinado para ti y que te pertenece en cierto modo por estar relacionado allá arriba con tu existencia por una sucesión de causas que desconoces, y la segunda, porque lo que corresponde a cada uno en particular contribuye al éxito de las miras del ser superior que gobierna todas las cosas, dando a estas perfección y consistencia. El gran Todo se vería mutilado si pudieras sustraerle una parte solamente de las que lo constituyen, solo una causa de las que aseguran su continuidad; luego, cuando soportas con dificultad algún accidente considerándolo en cierto modo fuera del orden natural, es como si hicieras esa sustracción.

viernes, 18 de marzo de 2022

Meditaciones - Marco Aurelio

Plegaria de los atenienses: «Haz que llueva, ¡oh Júpiter!, haz que llueva en las tierras cultivadas y en las llanuras del Ática». Así se debe rogar: con sencillez y de buen corazón; si no, es preferible no rogar.

miércoles, 16 de marzo de 2022

Meditaciones - Marco Aurelio

Hay individuos que cuando hacen un favor a su prójimo se apresuran a echárselo en cara. Algunos no llegan a este extremo; pero en su fuero interno consideran a su favorecido como un deudor, y siempre tienen presente el servicio que le han hecho. Otros, en fin, ignoran al parecer hasta el favor que han podido prestar, del mismo modo que la viña no exige nada por haber llevado la uva y se halla, por el contrario, muy satisfecha de haber producido el fruto que le correspondía; como el caballo que ha dado una carrera, como el perro que ha levantado la caza, como las abejas que han elaborado la miel. El verdadero bienhechor no reclama nada, sino que se prepara a otra buena acción; como la viña, que al llegar la estación da otra vez fruto. –¿Luego hay que ser de los que, por decirlo así, no saben ellos mismos lo que hacen? –Indudablemente. –Sin embargo –dirás tú–, no es fácil ignorar lo que uno ha hecho; porque la propiedad de toda persona es reconocer que ha llevado a cabo una acción para la sociedad y, ¡por Júpiter!, de querer que hasta su conciudadano lo reconozca. –Verdad es; pero si tratas de interpretar a tu modo el sentido de mi frase, serás de aquellos de quienes te hablé, primeramente, porque también tienen sus razones maravillosas que los inducen al error. Si, por el contrario, observas mejor lo que te he dicho, no temas que esto te haga omitir nunca ningún deber de sociabilidad.

domingo, 13 de marzo de 2022

Meditaciones - Marco Aurelio

La vivacidad de ingenio no es una cualidad que nos es dado a todos poseer. Conforme; pero hay otras muchas cosas de las cuales no te está permitido decir: «No tengo aptitudes para eso». Procura hacer, por lo menos, todo lo que dependa de ti. Sé sincero, formal, laborioso, comedido, resignado con tu suerte, bondadoso, libre, sencillo, enemigo de frivolidades y magnánimo. ¿No ves cuántas cosas puedes hacer desde ahora en adelante sin alegar tu ineptitud e incapacidad? ¡Y que continúes, no obstante, en tu voluntaria inacción! ¿Consiste, acaso, en la falta de aptitudes o en la necesidad de que tu carácter no sea firme, que tengas placeres ruines, que adules tu cuerpo después de haberle acusado de tus defectos, que seas vanidoso y que abandones tu alma a tan frecuentes conmociones? No, ¡por los dioses! Solo ha consistido en ti el haberte librado a tiempo de semejantes defectos. Si has nacido con la imaginación torpe y desprovista de facilidad, podías darte cuenta, por lo menos, de este defecto y debías de intentar corregirlo, en vez de achacarle mera importancia y complacerte en tu indolencia estúpida.

martes, 8 de marzo de 2022

Meditaciones - Marco Aurelio

Yo no me apartaré de la senda de los deberes que me prescribe la Naturaleza hasta que no sucumba y encuentre el reposo, hasta que no exhale mi postrer aliento en esta atmósfera que respiro todos los días, hasta que no caiga en esta tierra de la que mi padre ha extraído la sustancia primitiva de mi ser, mi madre su sangre, mi nodriza su leche; en esta tierra que me proporciona todos los días y al cabo de tantos años de qué saciar mi hambre y apagar mi sed; que estoy hollando con mis pies mientras me sostiene, y que con tanta frecuencia abuso de sus dones.

viernes, 4 de marzo de 2022

Meditaciones - Marco Aurelio

En tu dignidad está el hacer y decir siempre lo que conviene a tu naturaleza. No te preocupes de los juicios y las calumnias de otro. Si lo que has de hacer o decir es bueno, no creas jamás que es indigno de ti. Si los demás hablan a su modo y tienen sus sentimientos personales, no te importe; no hagas caso de ellos. Sigue siempre la buena senda; déjate guiar por tu propia naturaleza y por la naturaleza común. Tanto para la una como para la otra solo hay un camino.

miércoles, 2 de marzo de 2022

Meditaciones - Marco Aurelio

Por la mañana, cuando tengas pereza de levantarte, reflexiona de este modo: –Tengo que trabajar y cumplir mi deber como hombre; por eso es preciso levantarme. ¿Acaso he de ir en contra de mi voluntad a las ocupaciones en este mundo y para las cuales he sido creado? ¿He nacido, quizá, únicamente para permanecer envuelto entre mantas al dulce calor del lecho? –Bien; pero esto es más agradable –dirás tú–. Pero ¿es que has recibido el ser sólo para disfrutar de los placeres o para trabajar y hacer algo útil? ¿No ves cómo las plantas, los pajarillos, las hormigas, las arañas, las abejas, se entregan a sus tareas para contribuir por su parte a la perfecta armonía del mundo? ¡Y tú te niegas a cumplir tus deberes como hombre y eludes el trabajo que la Naturaleza te prescribe! –Sí; pero es necesario también el descanso –dirás aún–. No cabe duda. La Naturaleza ha puesto límites, sin embargo, a esta necesidad, como los ha puesto a la de comer y beber. Pero tú traspasas estos límites y vas más allá de la necesidad; mientras que en lo referente al trabajo obras de otro modo y no haces ni siquiera lo necesario. Y es que no te aprecias a ti mismo, porque si supieras apreciarte harías con gusto lo que tu naturaleza te ordena. Los artistas que tienen pasión por su arte consagran toda su vidaa la obra y se privan de baños y alimentos. ¿Acaso haces tú tanto caso de tu naturaleza como un cincelador de su industria, o un pantomimo de su juego, un avaro de su dinero, o un petimetre de lo que halaga su vanidad? Cuando estos se interesan por algo no piensan ni en comer ni en dormir, sino en llevar a buen término lo que traen entre manos. ¿Y vas a dar tú menos importancia a los actos útiles a la comunidad y a dedicarles menos cuidados?