martes, 26 de febrero de 2019

EL ELEFANTE ENCADENADO


Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas clavadas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?
Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca
parecida desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree pobre que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...

domingo, 24 de febrero de 2019

EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO


Un joven concurrió a un sabio en busca de ayuda. Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis propios problemas! Quizás después... Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
E...encantado, maestro titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
Bien asintió el maestro.
Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.
En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, así que rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado más de cien personas y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.
¡Cuánto hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y su ayuda. Maestro dijo lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir 2 o 3 monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! Contestó sonriente el maestro.
Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
Dile al maestro, muchacho, que, si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
¿¿¿¿58 monedas???? Exclamó el joven.
Sí, replicó el joyero.
Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente...
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
Siéntate dijo el maestro después de escucharlo.
Tú eres como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede
evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

miércoles, 20 de febrero de 2019

LA MONTAÑA DE ORO


Un chico caminaba distraídamente por la calle cuando la vio. Era una enorme y hermosa montaña de oro. El sol le daba de lleno y al rozar su superficie reflejaba tornasoles multicolores, que la hacían parecer un personaje galáctico salido de una película de Spielberg. Se quedó un rato mirándola como hipnotizado.
—¿Tendrá dueño? –pensó.
Miró para todos lados, pero nadie estaba a la vista. Al fin, se acercó y la tocó. Estaba tibia. Pasando los dedos por su superficie, le pareció que su suavidad era la correspondencia táctil perfecta de su luminosidad y de su belleza.
—La quiero para mí –pensó.
Muy suavemente la levantó y comenzó a caminar con ella en brazos, hacia las afueras de la ciudad. Fascinado, entró lentamente en el bosque y se dirigió al claro. Allí, bajo el sol de la tarde, la colocó con cuidado en el pasto y se sentó a contemplarla. —Es la primera vez que tengo algo valioso que es mío.
¡Sólo mío! –pensaron los dos simultáneamente.
Cuando poseemos algo y nos esclavizamos en dependencia de ese algo, quién tiene a quién, ¿Quién tiene a quién?

lunes, 18 de febrero de 2019

EL SENDERO SECRETO - PAUL BRUNTON


Nosotros no pensamos en la vida interior. Tratamos de persuadirnos de que no tenemos una media hora para malgastarla sentándonos junto al quieto pozo de la Verdad. Un instante de quietud mental nos parece un momento perdido. De aquí que las masas no sean más sabias para utilizar mejor la multitud de sus días.
El mundo moderno no cree que una cosa tan insulsa como la meditación tenga aplicación práctica en la vida diaria; por ello se la condena a ser una mera abstracción. Y el mundo moderno no está del todo equivocado, ni tiene del todo razón al proceder así. Para no mencionar nada más que un ejemplo, la historia nos demuestra de cómo la religión ha producido un número de visionarios meditativos que invitaban a otros a entrar con ellos en los dominios de sus locas ilusiones y a vagar en el reino de sus pueriles fantasías. Esas personas extraviadas son responsables de la opinión corriente que se imagina a los videntes espirituales como seres perdidos en la contemplación del cielo, explorando con sus ojos mentales vagos mundos desprovistos de todo interés y utilidad para los mortales sanos de juicio. Serían, en suma, falsos místicos que viven en fantásticos mundos creados por ellos y que necesitarían se les diera un buen sacudón contra la realidad.
Pero la historia también nos habla de videntes de elevado rango. Son hombres de una pureza moral absoluta y de una excepcional caridad. La característica común de estos hombres es la de haber pasado por una experiencia espiritual que ha sido una iluminación indeleble para sus mentes y que les ha proporcionado una estática felicidad. Estos eran verdaderos místicos. Las declaraciones que después formularon con toda humildad revelaban que habían penetrado hasta las recónditas profundidades del corazón humano; que habían llegado a los lugares impenetrables donde mora el alma, y que habían descubierto al fin la divina naturaleza del hombre, la cual permanece inmutable e intacta aunque se albergue en un cuerpo frágil.

sábado, 16 de febrero de 2019

EL SENDERO SECRETO - PAUL BRUNTON


Sin embargo, por mucho que resistimos este divino clamor que nos atosiga durante el día, somos incapaces de resistir durante el sueño el regreso al ser interior. Entonces somos capturados por el alma; entonces gozamos en el reposo de nuestra propia naturaleza, bien que inconscientemente. Éste es un sorprendente pensamiento que contiene algo de una elevada verdad filosófica.
¿Pero cómo puede una multitud esclava de los contratiempos y agitaciones de la vida material darse cuenta de esta verdad maravillosa? Los que son sabios adoptarán el reposo mental como un ejercicio diario. La quietud calma al espíritu y lo penetra de la paz profunda y perdurable que reside en el interior de nosotros.
El general Gordon se aislaba durante una hora todas las mañanas para sus devociones espirituales. ¿Cuánta inspiración para sus actividades profesionales, cuánta fuerza y coraje no extrajo él de práctica tan sabia?
William T. Stead, famoso director de diarios y campeón de los perseguidos, una vez permaneció tres meses en una cárcel porque se atrevió a publicar una verdad. Algunos años después, Stead declaró que esos fueron los meses más provechosos de su vida.
“Por primera vez en mi vida tuve tiempo para sentarme a pensar, para sentarme y encontrarme a mí mismo” declaró.
Thomas A. Edison, cuyo nombre estará por siempre registrado en la lista de los grandes inventores del mundo, mediante una práctica constante logró desarrollar la capacidad de descansar en medio de sus tareas, poniéndose en un estado de recogimiento que le traía la solución de un buen número de arduos problemas. Un día declaró:
“Las horas que he pasado a solas con el señor Edison me han aportado las recompensas más grandes de mi carrera; a ellas debo todo lo que he logrado realizar”.

jueves, 14 de febrero de 2019

EL SENDERO SECRETO - PAUL BRUNTON


Debemos dejar caer la sonda de la mente en las profundidades del yo. Cuanto más profundamente descienda aquella, tanto más rico será el tesoro que podremos extraer del mar de los sargazazos. La conciencia debe estar en el centro más íntimo de nosotros mismos. Cada hombre posee una puerta secreta que se abre sobre la luz eterna. Si no quiere hacer fuerza para abrirla, se condena a la oscuridad.

Si quiere una prueba de su propia divinidad, escuche a Su Yo Superior. Tome entonces un poco del tiempo destinado a las distracciones tumultuosas del mundo y enciérrese un breve momento en la soledad. Escúchese entonces, con paciencia y atención, lo que habrá de decir la propia mente, según lo explicaré dentro de poco. Repítase esta práctica todos los días, y en uno de ellos, inesperadamente, se tendrá la prueba que tan ansiosamente se ha venido buscando. Y con ella vendrá una libertad gloriosa, tan pronto como la carga de los escepticismos humanos y de las teologías hechas por el hombre quede relegada. Debe aprenderse a ponerse en contacto con el Yo Superior... y nunca más se sentirá uno atraído por esas reuniones fútiles en que los hombres levantan el polvo de sus argumentos teológicos o hacen ruido con sus debates intelectuales. Si se toma este camino se encontrará por sí mismo la respuesta a la pregunta inquietante, independientemente de lo que puedan decir los libros acerca de ello, no importa cuán sagrado o secular pueda ser.
Algunas personas llaman a esto meditación, nombre tan apropiado como cualquier otro, excepto porque yo me propongo describir una especie de meditación que difiere, en su principio básico, de la mayor parte de los métodos que se me han enseñado y que podría llamarse, con más exactitud, quietud mental.
El único modo de entender el significado de la meditación es el de practicarlo. “Cuatro mil volúmenes de metafísica no enseñarán lo que es el alma”, decía Voltaire.
Como todas las cosas que tienen valor, los resultados de la meditación sólo se logran mediante trabajo y dificultades, pero quienes la practican con el espíritu requerido pueden tener la seguridad de que llegarán a la meta. Se empieza con intentos indecisos y se termina con una experiencia divina. Se juega con la meditación y se trata de contemplar, pero el amanecer de un día asomará cuando nuestras mentes incursionen en la eterna beatitud del Yo Superior.
La meditación es un arte que casi se ha perdido en Occidente. Muy pocos la practicaban y entre esos pocos todavía se preguntan por qué lo hacen La costumbre de dedicar todos los días un momento que se destina al recogimiento y al reposo mental, brilla hoy por su ausencia en la vida de los pueblos occidentales. Esa especie de hipnotismo que ejerce sobre nosotros la vida exterior se apodera de nuestro espíritu como se pega la sanguijuela a la carne humana. Nuestro yo consciente y resistente inventa toda clase de buenas excusas para no adoptar la práctica de la meditación, o para no continuar con ella cuando ya se ha empezado. La personalidad en nosotros la juzga aburrida, vana, y pensamos que exige una tensión nerviosa excesiva. Esta lucha inicial para vencer la repugnancia que tiene la mente a descansar, es muy dura, tal vez, pero es inevitable. Porque es una costumbre de importancia fundamental, cuyo beneficio, cuando se la práctica, nunca será demasiado exagerado; pero si se la descuida, nos esperan aflicciones y tormentos.
Más allá de las comunes trivialidades de la vida diaria, existe una vida hermosa y luminosa.

lunes, 11 de febrero de 2019

EL SENDERO SECRETO - PAUL BRUNTON


Los grandes problemas de la existencia individual, las preocupaciones supremas que asedian la vida de toda persona seria, no pueden resolverse en la región limitada que está al alcance de nuestro cerebro. Pero si las respuestas que dan la paz nos esperan en el interior sin límites de nuestro ser, en la substancia divina de nuestra naturaleza oculta. Porque el cerebro sólo responde con palabras estériles, mientras que la respuesta del espíritu habrá de ser la experiencia maravillosa de la iluminación interior. El que quiera practicar regular y seriamente el método de concentración mística, recibirá, a través de su experiencia propia y directa, la confirmación creciente de la divinidad verdadera del hombre. Las biblias y los otros documentos comenzarán a perder su autoridad, en tanto que él empezará a encontrar la suya.
Dios es su propio y mejor intérprete. Hallad a Dios en vuestro corazón y comprenderéis entonces, por intuición directa lo que todos los grandes maestros, los verdaderos místicos, todos los auténticos filósofos y los hombres inspirados han tratado de explicarnos por el tortuoso medio de usar las palabras.
Nunca podrán demostrar a mi intelecto que Dios, lo Absoluto, el Espíritu —o como quieran llamarle— existe realmente; pero pueden demostrármelo cambiando mi conciencia hasta que pueda participar en la conciencia del Dios que hay en mí.
Sólo existe un medio para efectuar este cambio y al mismo tiempo descubrir lo que somos realmente. Este medio es pasar de lo exterior hacia lo interior; del estar ocupado con una multitud de actividades externas, empezar a ocuparse de una sola actividad interna de la mente. San Agustín monologaba de este modo:
Yo, Señor, he ido de una parte a otra, como oveja extraviada, buscando en el exterior, auxiliado por razonamiento; ansiosos, cuando estabas dentro de mí... Recorrí las calles; y las plazas de la Ciudad del Mundo, buscándote siempre… y no te encontré, porque vanamente buscaba fuera lo que estaba en el fondo de mí”.

viernes, 8 de febrero de 2019

A ti humano


A ti humano que estás transitando el camino de la individualidad y que has escogido despertar a la consciencia de ser quién eres. A ti, hoy te saludo. No vengo decirte que
hagas esto o aquello ni a vaticinar que pronto ocurrirá una u otra cosa, hoy me acerco a ti para rendirte honores.
Sé por lo que has pasado, sé de tus heridas, de tu soledad, de tus frustraciones, sé cuán incomodo te has sentido en un mundo que te parece sin sentido, sé cuánto ansías amar y lo mucho que te cuesta expresarlo. Sé cuánto has buscado y cuán agotado estás de tantas contiendas y de tanto dolor. A ti que conoces el sabor del desencanto, que sabes de desesperación y de ilusiones fallidas, a ti que no logras encontrar un rumbo y que estás cansado de sueños que no se cumplen. A ti humano hoy me acerco.
Pido permiso para inclinarme ante ti y decirte que eres un valiente por haber escogido enfrentar tantos desafíos y aprendizajes, por haber soportado tantos subes y bajas emocionales. Tienes mucho coraje por atreverte a soñar con un mundo lleno de amor, aun cuando todo y todos quieran convencerte de que tal cosa no es posible.
Te honro por querer romper moldes, por desear construir tus propias creencias, por osar renunciar a tantas cadenas.
¿Tienes alguna idea del valor que se requiere para hacer tal cosa?
Me acerco y susurro a tu oído que ha llegado el momento de descansar y te pido que me permitas aliviar tu caminar, ya no es necesario que cargues con tanto peso en tus hombros.
Recibe mi abrazo divino, que es el abrazo que te das a ti mismo reconociendo quién eres.
Eres amado y respetado, los ángeles te aplauden y tus guías espirituales te sonríen. Permítete sentir en tu interior la potente luminosidad de la grandiosidad de tu ser y
comprender que todo lo que ha sucedido hasta ahora ha sido perfecto. Has hecho exactamente lo que podías y sabías hacer, la existencia no te juzgará ni te pedirá explicaciones por tus creaciones, pues cada una de ellas te ha llevado a este sagrado momento, en el que te permites sentir quien realmente eres.
Suelta, respira y siente…
Cierra por un momento tus ojos y permite que ocurra. En el aquí y ahora del presente perfecto, viajo a través del tiempo y del espacio para tocarte, para fundirme contigo y
recordarte la simpleza de ser y disfrutar quién eres.
La vida es un regalo, siente, aunque sea por un segundo lo maravilloso que es ser quién eres y poder disfrutar del obsequio que te has dado a ti mismo. Siente desde el centro tu corazón palpitante como a cada latido tu SER te inunda, te llena de satisfacción y plenitud, siente como tus células cantan de alegría y como tu energía brilla en toda su expresión.
Sólo, suelta, respira y siente…

Conversaciones con mi Ser Superior – Jascha

miércoles, 6 de febrero de 2019

El Amor en la Nueva Tierra


El amor en la Nueva Tierra tiene sabor a libertad, no conoce cadenas, nada pide y toda entrega, no sabe de exigencias ni demandas pues sus actores están plenos y nada necesitan para poder amar.
Es el encuentro de dos almas completas que comulgan en su completud, ellos se cuidan y se acogen, pues se sienten cuidados y acogidos. No se pueden lastimar, pues no conocen el miedo y saben respetar al otro en sus vaivenes y en su particular forma de entregar amor.
Quien ama de verdad no sabe de sacrificios ni temores, no le corta las alas al otro ni se las corta a sí mismo por miedo a perder. Da fidelidad como un regalo, pero no la demanda como requisito, pues no sabe de egoísmos ni alucinaciones infructuosas que imaginan dolor donde no tendría por qué haberlo.
Este nuevo amor es el regalo que dos almas encarnadas se dan a sí mismas. Si amas de este modo te permites reconocer tu propia perfección reflejada en el otro, quien a su vez embelesado reconoce la luz que tu verdadero ser irradia.
Este amor que parece tan inalcanzable ya está manifiesto en tu interior esperando le permitas expresarse, ya no necesitas esperar ni buscar un alma gemela. Detente y mira a tu lado, justo ahí encontrarás a quien amar. Observa el fondo de esos ojos confundidos que te suplican sedientos que le ayudes a completarse y enséñale con tu sonrisa y comprensión, que la completud ya le ha sido otorgada.
Quizás sientas que este tipo de amor es aún utopía para ti, puede que aún te sientas carente y mires ilusionado hacia otro esperando que te ayude a salir de ese estado, pero te engañas pues ya despertaste de la ilusión de creer que alguien podría darte lo que ya posees por derecho propio y que aún no eres capaz de reconocer.
Sólo necesitas desearlo, admite que hasta ahora habías mendigado afecto llamándole erradamente amor a esa transacción, deja que el amor que habita en ti manifieste
toda la gloria que tu bendito SER sabe atesorar.

Conversaciones con mi Ser Superior – Jascha

lunes, 4 de febrero de 2019

Responsabilidad v/s Culpabilidad


Las palabras a veces confunden, a nivel humano responsabilidad y culpabilidad parecen ser lo mismo. Para declarar culpable a alguien primero se analiza su responsabilidad y a partir de ella, se genera una declaración de culpabilidad y se dictamina un castigo.
Si se determina que una persona no es responsable del acto en juicio, ya sea porque no tuvo participación directa en los hechos o porque habiendo participado no lo hizo
responsablemente, como podría ser el caso de un enfermo mental, de una persona que actuó enajenada o un menor de edad, entonces esa persona no es culpable y por lo tanto no merece castigo o merece una pena inferior.
La responsabilidad presupone conocimiento de las consecuencias de nuestros actos, tanto para los demás como para nosotros mismos. A nivel humano, la mayor parte de las veces eres responsable de tus actos. Tú sabes que, si pasas una luz roja, puedes provocar un accidente y que estás cometiendo una infracción a una norma conocida por todos.
Hasta aquí es simple y fácil de comprender y en términos generales la humanidad está de acuerdo en asumir las consecuencias, que la declaración de culpabilidad de un acto responsable genera.
Sin embargo, a nivel espiritual toda esta claridad se desmorona. En primer lugar, tu experiencia espiritual no tiene prácticamente ninguna norma, eres libre de escoger y
no serás juzgado ni declarado culpable por ningún Juez Supremo y esto se debe a que a los ojos de Dios tú no eres responsable de tus actos.
No te incomodes con lo que te digo, claro que no eres responsable de tus elecciones, pues para ser responsable de un acto, lo primero que se requiere es conocer sus consecuencias y tú no tienes información completa de cuáles serán esas consecuencias.
Vives el gran desafío de la libertad de escoger, sin contar con información de las consecuencias de tus actos.
Que no seas responsable, no te libera de las consecuencias de tus actos sobre ti mismo ni sobre quienes te rodean, todo lo que haces, piensas y sientes desencadena una línea
creativa en el Universo. Tus elecciones traerán consecuencias a tu vida y al Universo completo, es lo que muchos llaman karma, no entendido como castigo, sino como la responsabilidad espiritual de los actos irresponsables de un humano.
Cada acto de tu vida, por mínimo que te parezca desencadena una reacción creativa que afecta no sólo tu vida y la de quienes te rodean, sino la de toda la humanidad.
¿Cómo podría Dios juzgarte por tus elecciones si abres puertas sin saber que hay tras de ellas? ¿Cómo podría Dios juzgarte si juegas el desafiante rol de asumir tus responsabilidades sin realmente ser responsable de tus actos? ¿Para qué Dios habría de infringirte castigo, si tus actos generan consecuencias en tu vida, que asumirás aún
sin haberlo? Aquí radica el gran desafío de tu vida, aceptar que eres Creador y que como tal tu creación es tu responsabilidad, no conoces las consecuencias de tus actos, pero si sabes que tus elecciones generan consecuencias insospechadas para ti.
Lo que siembras cosechas. Si siembras amor cosecharás sólo amor donde vayas y el amor sólo generará más amor.
Es difícil que un acto de amor tenga consecuencias negativas o provoque sufrimiento, no temas amar desde la profundidad de tu corazón, no temas entregarte sin condiciones, no temas sonreír desde tu alma, pues cada uno de esos actos será recompensado por el Universo, el cual solícito te regalará lo que pides a través de tus elecciones.
Despertar es responsabilidad, la responsabilidad en un humano despierto no es culpa, la responsabilidad ejercida por un humano despierto es AMOR.

Conversaciones con mi Ser Superior – Jascha