domingo, 23 de febrero de 2020

Las raíces de la educación son amargas, pero la fruta es dulce- Aristóteles


Un día, los padres de una muchacha vinieron con Suddhodhana y expresaron su deseo de dar a su hija en matrimonio a su hijo Siddhartha. El nombre de la muchacha era Yashodhara. Suddhodhana aceptó su proposición y se realizó el matrimonio de Siddhartha con Yashodhara. Debido a su amorosa insistencia, Siddhartha continuó quedándose con sus padres en el palacio aun después del matrimonio. Un año después del matrimonio, él tuvo un hijo que se nombró Rahul. Tanto el esposo como la esposa pasaban su tiempo feliz con su hijo.
A pesar de todas las comodidades del palacio y de la feliz vida matrimonial, la mente de Gautama empezó a inquietarse cuando él vio a gente afligida por la vejez, la enfermedad y la muerte después de un día aventurarse fuera del palacio. Una noche, hubo una repentina transformación en su mente. Estando su esposa profundamente dormida, él se levantó a medianoche, acarició a su hijo y salió para la selva. Él tuvo que pasar por numerosas penalidades y dificultades en la selva. Pero él enfrentó todas las ordalías con fortaleza y determinación. Sus padres estaban inmersos en la aflicción, incapaces de soportar los dolores de la separación de su hijo. Aunque Siddhartha estaba también sufriendo mucha angustia, él siguió en su camino de alcanzar la autorrealización.
Durante su viaje, él se encontró con un hombre santo. El santo le dijo que la causa de su angustia estaba en realidad dentro de él y que era esa angustia la que estaba impidiendo su autorrealización. Diciendo esto, él le dio un talismán para protección y le pidió que lo llevara alrededor del cuello. (En ese momento, Bhagavan materializó ese talismán y lo mostró a la congregación en medio de un atronador aplauso.) Éste fue el talismán dado por el sabio a Siddhartha. Cuando Siddhartha lo puso alrededor de su cuello, toda su angustia desapareció instantáneamente. Hasta el último momento de su estadía en la tierra, Buda llevó el talismán alrededor de su cuello. Una vez que él murió, el talismán desapareció.
Siddhartha comenzó a hacer intensas austeridades que duraron mucho tiempo. Él se cuestionaba constantemente, “¿Quién soy Yo? ¿Soy el cuerpo? ¿Soy la mente? ¿Soy el intelecto (buddhi)? ¿Soy la materia de la mente chit)?” Él llegó a la conclusión de que él no era ninguno de éstos. Finalmente, él experimentó la verdad, “Yo soy Yo”.

Sai Baba

jueves, 20 de febrero de 2020

Anécdotas del Talmud - CADA UNO SEGÚN SU CAPACIDAD


Los Sabios que estudiaban en la gran Academia de Yahveh, solían decir:
“Yo que estoy sentado estudiando, soy una persona y mi compañero el ignorante, es también una persona. Yo hago mi trabajo en la ciudad y él en el campo. Me levanto temprano para perfeccionar mi trabajo y él hace lo mismo con el suyo. Así como él no se vanagloria con su trabajo, yo tampoco lo hago con el mío. Ustedes dirán que
hago mucho y él hace poco No, porque aprendimos que tanto el que hace mucho y el que hace poco, son iguales, siempre que la intención sea buena.

martes, 18 de febrero de 2020

Anécdotas del Talmud - EL TEMOR AL ETERNO


Cuando Rabí Yojanan ben Zakai, estaba cerca de morir, sus discípulos le pidieron que los bendijera. El sabio les dijo:
-Que vuestro temor al Eterno sea tan grande como vuestro temor a los humanos.
Ante la extrañeza de sus discípulos, les explicó:
-Una persona a veces se abstiene de hacer algo impropio, porque tiene miedo de que alguien lo vea, pero el temor a que el Eterno lo vea, puede no ser suficiente para disuadirlo.

viernes, 14 de febrero de 2020

Anécdotas del Talmud - DESCUBRIR AL LADRÓN


El sabio Mar Zutra se hospedó en una posada y ese día desapareció una copa de plata del posadero y nadie sabía quién lo hizo.
En un momento dado, Mar Zutra vio como un huésped se lavaba las manos y se secaba en una prenda que no le pertenecía y que colgaba de la pared. Entonces exclamó:
-Esta persona no respeta las cosas ajenas y seguramente es el ladrón de la copa de plata.
Acorralaron pues a dicha persona y finalmente confesó el robo.

miércoles, 12 de febrero de 2020

Anécdotas del Talmud - LA HORMIGA NO TIENE REY


Rabí Shimon ben Jalaft a gustaba de investigar cada cosa. Cierta
vez se le ocurrió investigar si era verdad lo que el rey Salomón dijo
que “las hormigas no tienen rey” en el libro de los Proverbios. Para
ello, en pleno verano buscó un nido de hormigas y esperó que alguna saliera. Las hormigas no gustan del sol, por lo tanto, extendió un manto sobre el nido y enseguida salió una hormiga y se paseó en la sombra y Rabí Shimon le colocó una señal para poder distinguirla de las otras, puesto que seguramente avisaría a las demás que el sol ya no alumbraba. En seguida salió un grupo grande de hormigas, junto con la que les fue a avisar. Rabí Shimón levantó el manto y el lugar quedó soleado. Las hormigas se enojaron con la otra, porque pensaron que las había engañado, y la mataron en el lugar.
“Ahora veo que no tienen rey” -dijo Rabí Shimón- porque si lo
hubieran tenido, le hubieran pedido permiso antes de matarla”.

lunes, 10 de febrero de 2020

Anécdotas del Talmud


APRENDER
No es igual aquél que aprende por sí mismo, que aquél que aprende
de su maestro.
PROMESA
Si prometes algo a un niño y no lo cumples, le estás enseñando a
mentir.
VALOR DE LA VIDA
Existen tres categorías de personas cuya vida resulta muy difícil:
Aquel que debe comer en la mesa de su prójimo. Aquel que es
dirigido por su mujer y aquél cuyo cuerpo está invadido por el
dolor.
CALUMNIADOR
El calumniador es igual a una serpiente: Hace mal sin obtener ningún beneficio.
CONFORTAR
No es fácil confortar a aquellos que sufren. Cuando Rabí Iojanan,
que había perdido diez hijos, encontraba a alguien que había sufrido una pérdida, le mostraba un pequeño diente de su hijo menor.
No decía Rabí Iojanan: “mi desgracia es peor que la tuya”, sino que

quería significar que, a pesar de su gran tragedia, no desesperó y continuó estudiando y enseñando Torá.

jueves, 6 de febrero de 2020

Anécdotas del Talmud - APRENDER DE LOS SERVIDORES


El Sabio Rabí Shimón tenía un servidor llamado Tobías.
Un día lo envió al mercado para que le trajese la mejor comida y Tobías le trajo una lengua. Al día siguiente lo mandó de nuevo para que trajese lo peor para comer y Tobías nuevamente le trajo una lengua.
Al preguntarle el motivo de su conducta, Tobías le dijo que la lengua puede hablar palabras muy sabias, pero también puede practicar maledicencia, como decía el rey Salomón: “la vida y la muerte dependen de la lengua”. Rabí Shimón reconoció que había aprendido algo de su mucamo. Lo mismo sucedió con Rabí Yehúda, que había invitado a varios sabios y cuando llegaron se enteraron de que el Rabí todavía no había llegado. Cuando la mucama los invitó a pasar. Entonces comenzaron a decirse: -Pase usted primero. -No faltaba más, pase usted y así continuaron hasta que la mucama les aconsejó que fueran pasando según las edades, del más viejo al más joven. Una vez adentro decían entre ellos:
-Bien dice la gente que hasta la mucama del Rabino conoce las leyes
y puede juzgar.

martes, 4 de febrero de 2020

Anécdotas del Talmud - BUENA RESPUESTA


Cuando Rabí Yoséf ben Jalaft a era pequeño, estaba en la calle jugando con fuego con otros chicos. Pasó por ahí una persona que lo conocía y extrañado por la conducta del niño, le dij o que se lo iba a contar a su padre, y Rabí Yosef Le contestó:
-Ya que usted entiende mejor que yo, que soy un chico, por qué en vez de ir a contarle a mi padre, que seguramente me castigará, no me dice que no lo haga más y lo cumpliré.

domingo, 2 de febrero de 2020

Anécdotas del Talmud - HOMICIDIO


Una persona se presentó ante un Sabio y le pidió un consejo, pues se encontraba frente a una terrible alternativa. El príncipe le había ordenado matar a un amigo suyo y si se rehusaba, moriría. ¿Debía cumplir la voluntad de su amo o no?
-Debes morir antes de hacerte asesino -le contestó el Sabio- ¿acaso crees que tu sangre es más preciosa que la del otro? Quizás es menos.