sábado, 29 de enero de 2022

Meditaciones - Marco Aurelio

Considera sin descanso que todos los acontecimientos son únicamente el resultado de una transformación, y acostúmbrate a la idea de que la naturaleza universal se complace en cambiar las cosas existentes para hacer de nuevo otras semejantes. Todo lo que existe es, por decirlo así, la semilla de lo venidero. Pero tú crees que la única semilla es la que fecunda la tierra o el seno de una madre, y eso es harto ingenuo.

jueves, 27 de enero de 2022

ORACIONES Y MEDITACIONES BAHÁ'U'LLÁH

¡Glorificado eres Tú, oh, Señor mi Dios! Todo hombre de discernimiento confiesa Tu soberanía y Tu dominio, y todo ojo perspicaz advierte la grandeza de Tu majestad y la fuerza compelente de Tu poder. Los vientos de las pruebas son impotentes para impedir a quienes gozan de Tu cercanía, que vuelvan sus rostros hacia el horizonte de Tu gloria, y las tempestades de las tribulaciones no podrán alejar ni dificultar que se acerquen a Tu corte quienes acatan completamente Tu voluntad. Pienso que la lámpara de Tu amor arde en sus corazones, y la luz de Tu ternura está encendida en sus pechos. Las adversidades son incapaces de alejarlos de Tu Causa, y las vicisitudes de la suerte jamás podrán desviarlos de Tu agrado. Te imploro, oh, mi Dios, por ellos y por los suspiros que exhalan los corazones en su separación de Ti, que los protejas del mal de Tus adversarios y que alimentes sus almas con lo que Tú has ordenado para Tus amados, a quienes no sobrevendrá temor ni dolor alguno!

martes, 25 de enero de 2022

EL LIBRO DE LA CERTEZA - REVELADO POR BAHÁ'U'LLÁH


Ningún hombre podrá alcanzar las orillas del océano del verdadero entendimiento a menos que se haya desprendido de todo lo que hay en el cielo y en la tierra. Santificad vuestras almas, oh pueblos del mundo, para que quizás alcancéis la posición que Dios os ha destinado y entréis así en el tabernáculo que, conforme a las dispensaciones de la Providencia, ha sido erigido en el firmamento del Bayán.


domingo, 23 de enero de 2022

Qué La Luz ilumine y guíe tú camino de vuelta a casa Thich Nhat Hanh


Escuchar compasivamente alivia el sufrimiento.

 

Cuando una persona habla llena de ira, es porque está sufriendo mucho. Y al estar sufriendo tanto, se llena de amargura. Siempre está dispuesta a quejarse y a culpar a los demás de sus problemas. Por eso te resulta tan desagradable escucharla e intentas evitarla.

Para comprender y transformar la ira, debemos aprender la práctica de escuchar compasivamente y de hablar con afecto.

Hay un Bodhisatva - un Gran Ser o un Despierto. que es capaz de escuchar profundamente y con una gran compasión. Se llama Kwan Yin o Avalokitésvara, el Bodhisatva de la Gran Compasión. Todos debemos aprender a escuchar atentamente como hace este Bodhisatva. Así podremos orientar de forma muy concreta a los que acuden a nosotros para pedirnos ayuda para restablecer la comunicación perdida.

Si escuchas con compasión a una de esas personas, quizá alivies un poco el sufrimiento que siente; sin embargo, aunque lo hagas con la mejor intención del mundo, no podrás escucharla profundamente hasta que no hayas practicado el arte de escuchar compasivamente. Si eres capaz de sentarte en silencio y escuchar con compasión a esa persona durante una hora, podrás aliviarla de mucho sufrimiento. Escúchala con un único objetivo: para que pueda desahogarse y sufra menos.

Durante todo el tiempo que la escuches, mantén viva tu compasión.

Mientras lo hagas, has de estar muy concentrado. Debes centrarte en la práctica de escuchar con toda tu atención y todo tu ser: con ojos, oídos, cuerpo y mente. Porque si sólo finges estar escuchando sin poner el cien por cien de ti mismo, esa persona lo sabrá y no podrás aliviar su sufrimiento. Si sabes cómo practicar el respirar conscientemente y puedes mantenerte centrado en el deseo de calmar su sufrimiento, podrás conservar tu compasión mientras la escucha.

El escuchar compasivamente es una práctica muy profunda.

No escuchas para juzgar o culpar, sino simplemente porque deseas que esa persona sufra menos, sea tu padre, tu hijo o hija o tu pareja. Aprender a escucharla la ayudará de veras a transformar su ira y su sufrimiento.

 

Thich Nhat Hanh “La ira” 


sábado, 22 de enero de 2022

NO INTERFIERAS EN LAS EMOCIONES DE LOS DEMÁS

Deja que cada uno pase por lo que tiene que pasar en el momento presente. Todo el mundo está agotado y desea descansar. Están cansados de luchar, cansados de fingir y de mentir, de tener que sostener, mantener y pretender, y grandes olas de energía están siendo liberadas a través de su cuerpo.

Mantente presente con ellos. Olas de tristeza, desesperanza, miedo, vergüenza y culpa están emergiendo en este momento. Permite que todas esas energías salgan a la luz, deja que todo su cuerpo vibre, tiemble y se agite si es que así debe ser, deja que lloren, griten, rujan, rían, que se carguen en sí mismos si así es como tiene que ser. No les ofrezcas nada, excepto el regalo más grande de todos: tu apacible presencia. Quédate a su lado en cada respiración, en cada movimiento, momento a momento. Toma su mano, pero no hagas el intento de componerlos, de cambiarlos, de que dejen de experimentar esas emociones que están experimentando, ni tampoco les ofrezcas respuestas prematuras.

Si comienzas a sentirte incómodo, o como si quisieras apresurarte para “sanarlos”, o “salvarlos”, o evitar que se sigan sintiendo como se sienten, o hacer que todo les parezca “bien”, acéptalo – es tu necesidad, tu incomodidad, tu temor, y no el de ellos. No los trates como víctimas o como inválidos. No los confundas con aquello que tú crees que son. Honra el poder que se mueve dentro de ellos; valida su experiencia, absolutamente. Confía en la impredecible inteligencia del sanar, y saber que sus “síntomas” podrían acentuarse justo antes de empezar a mejorar; que la energía podría intensificarse antes de apagarse. Lo que ahora aparece como caos y desintegración podría, de hecho, ser una liberación necesaria y reorganización inteligente de un sistema bloqueado.

A veces, nuestros corazones necesitan romperse completamente para poder abarcar más vida, para poder aceptar un amor mucho más poderoso. Permite que tu cálida presencia le recuerde a tu amigo su propia cálida presencia, tan estable, tan apacible, tan libre, tan profundamente arraigada en este mismo suelo, aquí. Recuerda que lo que realmente somos jamás podrá ser descompuesto, ni siquiera por la más intensa de las energías, y que tampoco pueden ser arreglados, y que la vida jamás comete errores, aunque de pronto parezca que todo ha sido un error.

El amor es todo lo que importa. La lluvia cae, las estrellas explotan silenciosamente en la inmensidad del espacio, y aquí, en este diminuto planeta llamado Tierra, algunas veces nos encontramos y nos regalamos un abrazo.

jueves, 20 de enero de 2022

MANTRA DE GRATITUD.

GRACIAS a la vida que me inspira, me renueva y me da la oportunidad de evolucionar diariamente.

GRACIAS al lugar donde estoy aquí y ahora, pues este lugar necesita de mí, y yo de él.

GRACIAS a todos los órganos de mi cuerpo, que funcionan en plena armonía y perfección.

GRACIAS a la casa donde habito, que me sirve de refugio y descanso.

GRACIAS a las oportunidades de trabajo, logros, éxitos y evolución que se abren delante de mí diariamente. *GRACIAS* a cada pago recibido, porque de esa manera honro mi nombre, honro mis compromisos y mi dinero se multiplica. 

GRACIAS a todo aquello que compro o adquiero, porque es el fruto de mi trabajo.

GRACIAS a todas las personas que se cruzan en mi camino.

GRACIAS a las personas que aparentemente me hacen “mal”, porque me ayudaron a formar el coraje para seguir adelante, y gracias a los que me hicieron bien, porque así me hicieron sentir amad@.

GRACIAS a todas las oportunidades de éxito financiero y personal que recibo, identifico y acepto.

GRACIAS a mí mismo que he encontrado la gratitud en todas las personas, cosas y hechos.

GRACIAS al Universo entero, que conspira a favor de cada uno de mis pensamientos, por eso escojo con mucho cuidado lo que pienso, hablo o deseo.

GRACIAS a Dios Maravilloso que existe dentro de mí, soy parte de su divinidad, por eso irradio luz, amor y paz a donde quiera que yo esté…

GRACIAS

miércoles, 12 de enero de 2022

La medicina está en ti y tú no la usas.

Somos las únicas criaturas en la superficie de la Tierra capaces de transformar nuestra biología mediante lo que pensamos y lo que sentimos.

Tus células están constantemente observando tus pensamientos y siendo modificados por ellos.

Un ataque de depresión arrasa tu sistema inmunológico. Sin embargo, serenarte, fortifica tremendamente.

La alegría y la actividad armoniosa te mantienen saludable y prolongan tu vida.

El recuerdo de una situación negativa o triste libera en ti las mismas hormonas y sustancias biológicas destructivas del estrés.

Tus células están constantemente procesando todas tus experiencias y metabolizándolas de acuerdo con tus puntos de vista.

En tu cuerpo, la producción de neurotransmisores se altera, el nivel de hormonas varía, tu ciclo del sueño es interrumpido, la superficie externa de tus células se torna más viscosas y más propensas a formar grumos y hasta tus lágrimas contienen trazas químicas diferentes al de las lágrimas de alegría.

Todo este perfil bioquímico será drásticamente modificado cuando te sientas tranquilo, y hasta tu proceso de envejecimiento se neutralizará cada día.

Shakespeare no estaba siendo metafórico cuando a través de su personaje Próspero, dijo: “Nosotros estamos hechos de la misma materia que los sueños”.

¿Quieres saber cómo está tu cuerpo hoy? Entonces recuerda lo que pensaste y sentiste ayer

¿Quieres saber cómo estará tu cuerpo mañana? ¡Observa tus pensamientos y emociones hoy! 

Al abrir tu corazón y tu mente evitarás que algún cirujano lo haga por ti.

La medicina está en ti y tú no la usas. La enfermedad viene de ti mismo y no te das cuenta.

No somos lo que creemos ser, sino lo que pensamos y sentimos sin saberlo.

domingo, 9 de enero de 2022

DIME QUE TE DUELE Y TE DIRÉ QUE AMAR

ME DUELE LA GARGANTA, mi garganta se cierra por el dolor y la tristeza, entonces cantaré con alegría, entonando notas que alegren mi corazón y devuelva vitalidad y energía a mis días.

ME DUELE EL PECHO, el pecho a veces duele por desamor, por decepciones entonces me abrazo más fuerte y decido aceptarme y amarme cada vez más recordando que soy lo más importante y que estaré hasta el último instante de esta vida conmigo mismo.

ME DUELEN LOS OÍDOS, los oídos duelen entonces escuchó de mi propia voz los pequeños o grandes logros que tengo, lo mucho que me amo y que si resulto incomprendida o criticada por otras personas escuchó la voz de mi alma y vuelvo a mi propia esencia.

 ME DUELE EL ESTOMAGO, cuando esto sucede, me nutro de las cosas más saludables, busco darme simplemente lo mejor.

ME DUELEN LAS MANOS, decido y suelto todo aquello que me da trabajo sostener, mis manos deben estar limpias y sin ataduras, recordando que nada nos llevaremos por ello no busco tener nada a la fuerza, suelto y fluyo.

ME DUELEN LAS PIERNAS, parecen cansadas por el paso de los años, por ello bailo con alegría jovial y sentimiento de gratitud, sin saber si llevo o no el ritmo el baile me transforma.

ME DUELEN LAS RODILLAS me inclino de todo corazón desde la humildad, la gratitud, la fe y esperanza poniendo todo mi pensamiento en Dios quien de manera milagroso me levanta cada vez que me observa caída, triste y derrumbada por ello le alabo y agradezco.

 ME DUELE LA ESPALDA, mi espalda se cansa por ello reposa, descansa, deja de estresarte, libérate de juicios o críticas de terceras personas y a pesar de los errores camina erguida y con la frente en alto.

 ME DUELEN LOS PIES haz un alto en tu vida y descansa, aquiétate y llénate de silencio en donde encontraras cada una de las respuestas mientras que tus pies se refrescan y toman energía para proseguir una vez más el camino.

Escucha tu cuerpo, ámate, respétate...


viernes, 7 de enero de 2022

EL PERFUME DE LA MAESTRA

El primer día de clase, la maestra doña Tomasa les dijo a sus alumnos de quinto grado, que ella siempre trataba a todos por igual, que no tenía preferencias ni tampoco maltrataba ni despreciaba a nadie.

 Muy pronto comprendió lo difícil que iba a resultarle cumplir sus palabras. Había tenido alumnos difíciles, pero nadie como Pedrito. Llegaba al colegio sucio, no hacía las tareas, pasaba todo el tiempo molestando o dormitando; era un verdadero dolor de cabeza.

Un día no aguantó ya más y se dirigió a la dirección.

 - Yo no soy maestra para soportar la impertinencia de un niño malcriado. Me niego a aceptarlo por más tiempo en mi clase. Ya casi son las vacaciones de Navidad, y espero no verlo cuando volvamos en enero.

 La directora la escuchó con atención, y sin decirle nada, revisó los archivos y puso en las manos de doña Tomasa el libro de vida de Pedrito.

La profesora comenzó a leerlo por deber, sin convicción. Sin embargo, la lectura fue arrugando su corazón:

 La maestra de primer grado había escrito: “Pedrito es un niño muy brillante y amigable. Siempre tiene una sonrisa en los labios y todos le quieren mucho. Entrega sus trabajos a tiempo, es muy inteligente y aplicado. Es un placer tenerlo en mi clase”.

 La maestra de segundo grado: “Pedrito es un alumno ejemplar con sus compañeros. Pero últimamente se encuentra triste porque su mamá padece una enfermedad incurable”

 La maestra de tercero: “La muerte de su madre ha sido un golpe insoportable. Ha perdido el interés por todo y se pasa el tiempo llorando. Su padre no se esfuerza en ayudarlo y parece muy violento. Creo que lo golpea.”

 La maestra de cuarto: “Pedrito no demuestra interés alguno en clase. Vive cohibido y cuando intento ayudarle y preguntarle qué le pasa, se encierra en un mutismo desesperanzador.

No tiene amigos y está cada vez más aislado y triste”

 Por ser el último día de clase antes de las Navidades, todos los alumnos llevaron a Doña Tomasa unos hermosos regalos envueltos en finos y coloridos papeles. También Pedrito le llevó el suyo envuelto en una bolsa de papel.

 Doña Tomasa fue abriendo los regalos de sus alumnos y cuando mostró el de Pedrito, todos los compañeros se echaron a reír al ver su contenido: un viejo brazalete al que faltaban algunas piedras y un frasco de perfume casi vacío.

Para cortar por lo sano con la risa de los alumnos, Doña Tomasa se puso con gusto el brazalete y se echó unas gotas de perfume en cada una de las muñecas.

 Ese día, Pedrito se quedó el último al salir de clase y le dijo a su maestra: “Doña Tomasa, hoy usted huele como mi mamá”

 Esa tarde, sola en su casa, Doña Tomasa lloró un largo rato. Y decidió que en adelante, no solo iba a enseñar a sus alumnos lectura, escritura, matemáticas… sino sobre todo, que iba a quererlos y a educar su  corazón. Cuando se reincorporaron a clase en marzo, Doña Tomasa llegó con el brazalete de la madre de Pedrito y con unas gotas de perfume. La sonrisa de Pedrito fue toda una declaración de cariñoso agradecimiento.

La siembra de atención y cariño de Doña Tomasa fue fructificando en una cosecha creciente de aplicación y cambio de conducta de Pedrito. Poco a poco, fue volviendo a ser aquel niño aplicado y trabajador de sus primeros años de la escuela. Al final del curso, a Doña Tomasa le costaba cumplir sus palabras de que, para ella, todos los alumnos eran iguales, pues sentía una evidente predilección por Pedrito.

 Pasaron los años.

Pedrito se fue a continuar sus estudios en la Universidad y doña Tomasa perdió contacto con él. Un día recibió una carta del doctor Pedro Altamira, en la que le comunicaba que había terminado con éxito sus estudios de Medicina y que estaba a punto de casarse con una chica que había conocido en la Universidad. En la carta le invitaba a la boda y le rogaba que fuera su madrina de boda.

 El día de la boda, Doña Tomasa volvió a ponerse el brazalete sin piedras y el perfume de la madre de Pedrito.

Cuando se encontraron, se abrazaron muy fuerte y el Doctor Altamira le dijo al oído: “Todo se lo debo a usted, Doña Tomasa”. Ella, con lágrimas en los ojos, le respondió:

“No, Pedrito, la cosa sucedió al revés; fuiste tú quien me salvaste a mí y me enseñaste la lección más importante de la vida, que ningún profesor había sido capaz de enseñarme en la Universidad: me enseñaste a ser Maestra”.


miércoles, 5 de enero de 2022

QUÉ SIGNIFICA ¿BENDECIR?

Cuando Bendices a alguien o algo creas un escudo de luz de protección divina sobre la persona, animal o planta, le deseas que TODO lo que llegue a su vida sea para su mayor bien.

¡De allí la importancia siempre de Bendecir con amor!

Bendice tu VIDA, tu trabajo (te guste o no), tu día, tu pareja, tus hijos, tu familia, tus amigos, tu dinero (sea mucho o poco), todo lo que haces.

Detente un segundo y Bendice a la persona que está cerca de ti, puedes hacerlo mentalmente, obsérvala y verás que hay un ligero cambio en su rostro.

BENDICE tu cuerpo sin importar que en estos momentos este enfermo o sano. Bendícelo y llénalo de luz, de amor, misericordia y perdón.

BENDICE tus relaciones, sin importar si te encuentres "solo", porque tu mismo te complementas.

BENDICE tu trabajo, te paguen poco o te paguen mucho, porque al bendecirlo lo llenas de luz divina y de esa forma te estás preparando para algo mejor.

Tienes derecho a cosas maravillosas solo tienes que creerlo y sentirlo.

¡Adelante Bendícete con amor!

BENDICE tu existencia sin importar que haya habido experiencias dolorosas; eso simplemente son los escollos para superar y crecer.

Así que Dios, la Vida o el Universo te Bendigan y te protejan y que el Espíritu Santo o Poder Superior te llenen de Sabiduría y entendimiento, guíen e iluminen cada paso de tu hermosa existencia.

Yo, mientras tanto, BENDIGO EL BIEN QUE HAY EN TÍ ...

TE BENDIGO CON AMOR.

domingo, 2 de enero de 2022

El monje y el helado de chocolate

Joel había llegado hacía ya tres años a una de las más antiguas comunidades budistas del Tibet y allí ansiaba ser ordenado para convertirse en un monje ejemplar.

Todos los días, a la hora de la cena, le preguntaba a su maestro si al día siguiente se celebraría la ceremonia de su ordenación. “Todavía no estás preparado, primero debes trabajar la humildad y dominar tu ego”, le respondía su mentor.

Ego? El joven no entendía por qué el maestro se refería a su ego. Pensaba que merecía ascender en su camino espiritual ya que meditaba sin descanso y leía a diario las enseñanzas del Buda.

Un día, al maestro se le ocurrió una manera de demostrarle a su discípulo que todavía no estaba preparado. Antes de dar comienzo a la sesión de meditación anunció: “Quién medite mejor tendrá como premio un helado”. “De chocolate”, añadió el anciano.

Tras un breve alboroto, los jóvenes de la comunidad comenzaron a meditar. Joel se propuso ser el que mejor meditara de todos sus compañeros. “De esta forma, le demostraré al maestro que estoy preparado para la ordenación. Y me comeré el helado”, concluyó el discípulo.

El joven budista intenta meditar.

Joel consiguió centrarse en su respiración, pero al mismo tiempo visualizaba un gran helado de chocolate que iba y venía como subido en un columpio. “No puede ser, tengo que dejar de pensar en el helado u otro lo ganará”, se repetía.

Con mucho esfuerzo, Joel lograba meditar por varios minutos en los que simplemente seguía el compás de su respiración, pero enseguida se imaginaba a uno de los monjes chuperreteando el helado de chocolate. “¡Maldición!, debo ser yo quién lo consiga!”, pensaba el joven angustiado

Cuando la sesión finalizó, el maestro explicó que todos lo habían hecho bien, salvo alguien que había pensado demasiado en el helado, es decir, en el futuro. Joel se incorporó antes de decir:

-Maestro, yo pensé en el helado. Lo admito. ¿Pero cómo puede saber que fui yo quien pensó demasiado?

El ego se descubre

-No puedo saberlo. Pero sí puedo ver que te has sentido tan aludido como para levantarte e intentar situarte por encima de tus compañeros. Así, querido Joel, es como actúa el ego: se siente atacado, cuestionado, ofendido… y pretende tener razón en el juego de ser superior a los demás. 

Aquel día, Joel aprendió que todavía le quedaba mucho camino por recorrer. Trabajó su humildad y los impulsos del ego. Vivió en el presente y no intentó quedar por encima de los demás. También entendió que no le convenía identificarse con sus logros.

Así, con trabajo y paciencia, llegó el gran día. Fue aquel en el que el maestro llamó a su puerta para anunciarle que por fin estaba preparado para lo que tanto había ansiado.

Cuando llegó al templo no encontró a nadie allí. Solo una pequeña tarima y sobre ella… un helado de chocolate. Joel consiguió disfrutar del helado agradecido, sin sentirse decepcionado. Y a continuación, le ordenaron.

Cada persona tiene su particular helado de chocolate: aquello que anhela conseguir. El problema reside en tener la mente puesta en él, impidiéndonos disfrutar del presente.

Tendemos a confundir nuestros logros con nuestra valía e identificarnos con ellos. El ego se encarga de empujarnos a desear quedar por encima de los demás y ofendernos si alguien nos señala algún fallo

Si logramos detectar nuestro ego y desactivarlo, automáticamente abandonamos la necesidad de criticar, discutir, competir o juzgar. Así, nos deshacemos del papel de víctima, del sufrimiento que conlleva no cumplir con las demandas del ego… ¡Y conseguimos disfrutar de los helados!