Hay individuos que cuando hacen un favor a su prójimo se apresuran a echárselo en cara. Algunos no llegan a este extremo; pero en su fuero interno consideran a su favorecido como un deudor, y siempre tienen presente el servicio que le han hecho. Otros, en fin, ignoran al parecer hasta el favor que han podido prestar, del mismo modo que la viña no exige nada por haber llevado la uva y se halla, por el contrario, muy satisfecha de haber producido el fruto que le correspondía; como el caballo que ha dado una carrera, como el perro que ha levantado la caza, como las abejas que han elaborado la miel. El verdadero bienhechor no reclama nada, sino que se prepara a otra buena acción; como la viña, que al llegar la estación da otra vez fruto. –¿Luego hay que ser de los que, por decirlo así, no saben ellos mismos lo que hacen? –Indudablemente. –Sin embargo –dirás tú–, no es fácil ignorar lo que uno ha hecho; porque la propiedad de toda persona es reconocer que ha llevado a cabo una acción para la sociedad y, ¡por Júpiter!, de querer que hasta su conciudadano lo reconozca. –Verdad es; pero si tratas de interpretar a tu modo el sentido de mi frase, serás de aquellos de quienes te hablé primeramente, porque también tienen sus razones maravillosas que los inducen al error. Si, por el contrario, observas mejor lo que te he dicho, no temas que esto te haga omitir nunca ningún deber de sociabilidad.
domingo, 29 de enero de 2023
viernes, 27 de enero de 2023
Pensamientos de Marco Aurelio
La vivacidad de ingenio no es una cualidad que nos es dado a todos poseer. Conforme; pero hay otras muchas cosas de las cuales no te está permitido decir: «No tengo aptitudes para eso». Procura hacer, por lo menos, todo lo que dependa de ti. Sé sincero, formal, laborioso, comedido, resignado con tu suerte, bondadoso, libre, sencillo, enemigo de frivolidades y magnánimo. ¿No ves cuántas cosas puedes hacer desde ahora en adelante sin alegar tu ineptitud e incapacidad? ¡Y que continúes, no obstante, en tu voluntaria inacción! ¿Consiste, acaso, en la falta de aptitudes o en la necesidad de que tu carácter no sea firme, que tengas placeres ruines, que adules tu cuerpo después de haberle acusado de tus defectos, que seas vanidoso y que abandones tu alma a tan frecuentes conmociones? No, ¡por los dioses! Solo ha consistido en ti el haberte librado a tiempo de semejantes defectos. Si has nacido con la imaginación torpe y desprovista de facilidad, podías darte cuenta, por lo menos, de este defecto y debías de intentar corregirlo, en vez de achacarle mera importancia y complacerte en tu indolencia estúpida.
martes, 24 de enero de 2023
Pensamientos de Marco Aurelio
Yo no me apartaré de la senda de los deberes que me prescribe la Naturaleza hasta que no sucumba y encuentre el reposo, hasta que no exhale mi postrer aliento en esta atmósfera que respiro todos los días, hasta que no caiga en esta tierra de la que mi padre ha extraído la sustancia primitiva de mi ser, mi madre su sangre, mi nodriza su leche; en esta tierra que me proporciona todos los días y al cabo de tantos años de qué saciar mi hambre y apagar mi sed; que estoy hollando con mis pies mientras me sostiene, y que con tanta frecuencia abuso de sus dones.
sábado, 21 de enero de 2023
Pensamioentos de Marco Aurelio
En tu dignidad está el hacer y decir siempre lo que conviene a tu naturaleza. No te preocupes de los juicios y las calumnias de otro. Si lo que has de hacer o decir es bueno, no creas jamás que es indigno de ti. Si los demás hablan a su modo y tienen sus sentimientos personales, no te importe; no hagas caso de ellos. Sigue siempre la buena senda; déjate guiar por tu propia naturaleza y por la naturaleza común. Tanto para la una como para la otra solo hay un camino.
jueves, 19 de enero de 2023
Pensamientos de Marco Aurelio
¡Cuán fácil es desterrar del espíritu y borrar en él todo pensamiento que turba o importuna el alma y recobrar en un instante la calma perfecta!
martes, 17 de enero de 2023
Pensamientos de Marco Aurelio
Por la mañana, cuando tengas pereza de levantarte, reflexiona de este modo: –Tengo que trabajar y cumplir mi deber como hombre; por eso es preciso levantarme. ¿Acaso he de ir en contra de mi voluntad a las ocupaciones en este mundo y para las cuales he sido creado? ¿He nacido, quizá, únicamente para permanecer envuelto entre mantas al dulce calor del lecho? –Bien; pero esto es más agradable –dirás tú–. Pero ¿es que has recibido el ser sólo para disfrutar de los placeres o para trabajar y hacer algo útil? ¿No ves cómo las plantas, los pajarillos, las hormigas, las arañas, las abejas, se entregan a sus tareas para contribuir por su parte a la perfecta armonía del mundo? ¡ Y tú te niegas a cumplir tus deberes como hombre y eludes el trabajo que la Naturaleza te prescribe! –Sí; pero es necesario también el descanso –dirás aún– . No cabe duda. La Naturaleza ha puesto límites, sin embargo, a esta necesidad, como los ha puesto a la de comer y beber. Pero tú traspasas estos límites y vas más allá de la necesidad; mientras que en lo referente al trabajo obras de otro modo y no haces ni siquiera lo necesario. Y es que no te aprecias a ti mismo, porque si supieras apreciarte harías con gusto lo que tu naturaleza te ordena. Los artistas que tienen pasión por su arte, consagran toda su vida a la obra y se privan de baños y alimentos. ¿Acaso haces tú tanto caso de tu naturaleza como un cincelador de su industria, o un pantomimo de su juego, un avaro de su dinero, o un petimetre de lo que halaga su vanidad? Cuando estos se interesan por algo no piensan ni en comer ni en dormir, sino en llevar a buen término lo que traen entre manos. ¿Y vas a dar tú menos importancia a los actos útiles a la comunidad y a dedicarles menos cuidados?
sábado, 14 de enero de 2023
Pensamientos de Marco Aurelio
Un remedio vulgar, pero práctico para despreciar la muerte consiste en pensar en los ancianos, que son los que más apego tienen a la vida. ¿Qué ventaja tienen, pues, sobre los que mueren jóvenes? Todavía deben encontrarse en algún sitio las tumbas de Cadiciano, de Fabio, de Juliano, de Lépido, y de otros muchos que, después de haber llevado a tantos a la hoguera fúnebre, fueron conducidos en su momento también. La vida es corta de duración, y aun así, ¡en qué miserias, en qué sociedad, en qué cuerpo tan mezquino tiene lugar! Luego, ¿qué interés puedes tomarte en ella? Considera el inmenso abismo de los tiempos que hay detrás de ti y el infinito que se te abre delante; en esta inmensidad, ¿qué diferencia puede haber entre el niño de tres días y el hombre que tenga tres veces la edad del Gerenio16? Sigue siempre el camino más corto, que es el de la Naturaleza. Le seguirás si todas tus acciones y todas tus palabras están inspiradas únicamente por la razón. Esta línea de conducta te ahorrará muchas penas, muchas contrariedades, y no te dejará obrar con astucia e hipocresía.
jueves, 12 de enero de 2023
Pensamientos - Marco Aurelio
Tales cosas, siendo como son quienes las producen, se originan fatalmente.
Querer que no sea así es lo mismo que pretender que una higuera no destile un jugo
lechoso. Mientras tanto, acuérdate de esto: tú, como él, moriréis dentro de muy poco
tiempo, y vuestro nombre será olvidado muy pronto.
martes, 10 de enero de 2023
Pensamientos - Marco Aurelio
La muerte es un misterio de la Naturaleza, como el nacimiento; otra
combinación de los mismos elementos que, si se disuelven, es para formar seres nuevos.
Por consiguiente, no puede humillarnos; no tiene nada que repugne a la esencia de un
ser inteligente ni al plan de su formación.
viernes, 6 de enero de 2023
jueves, 5 de enero de 2023
Penamientos de Marco Aurelio
Cuando, bajo el imperio de las circunstancias, experimentes involuntariamente una especie de trastorno, vuelve en ti mismo en seguida y, sobre todo, no interrumpas la marcha de tu conducta más de lo necesario. Cuanto más constantemente recobres tu conducta, tanto más dueño te harás de ella.
martes, 3 de enero de 2023
Pensamientos de Marco Aureliuo
Todas las cosas, o no son más que una oscura combinación de elementos que se mezclan desordenadamente para dispersarse luego, o, por el contrario, son todo unión, orden y Providencia. Dada la primera hipótesis, ¿para qué, pues, desearía permanecer más tiempo en medio de esta amalgama fortuita y dentro de semejante confusión? ¿Acaso debo preocuparme de saber cómo he de convertirme en polvo un día? ¿Por qué he de alarmarme entonces? La fuerza de dispersión ha de alcanzarme, haga lo que hiciere. Pero en la segunda hipótesis, no tengo más remedio que inclinarme con respeto y tranquilidad ante el ser que gobierna el universo, depositando en Él toda mi confianza.
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