Nadie te da
nada, tú eres la fuente. Vas a recibir lo que des.
Das quien
estás siendo, pues esto te estás dando.
Lo que estás
dando, es lo que estás siendo.
Lo que estás recibiendo, es lo que estás
siendo. Lo que estás siendo en relación a otros, es lo que estás
experimentando.
¿A quién te
estás dando? ¿A quién estás recibiendo? ¿A quién estás experimentando?
El estado
del ser que elijas experimentar en relación a otros será la causa de lo que TU
MISMO experimentes.
El ser que
decidas manifestar, será lo que la vida te dará.
El ser
elegido es el pedido y tu experiencia es la respuesta del universo a tu pedido.
Nadie puede
ingresar en tu mundo interior. Lo que seas en relación a los otros serán
contigo. Es el ser que experimentarás.
La ilusión
te hace creer que te relacionas con otros. Pero eso no es posible. En todo
momento te relacionas contigo mismo en presencia de otros.
¿A quién te
estás dando en presencia del otro? ¿A quién estás recibiendo en presencia del
otro? ¿A quién estás experimentando en presencia del otro?
La vida
siempre te dará lo que decidas ser. No importa con quienes te relaciones, tuya
será la experiencia.
En todo
momento estás eligiendo y decidiendo, manifestar, crear y experimentar, algún
aspecto de tu ser. Y son tus aparentes relaciones con los demás las que te
permiten conocerte a ti mismo, en tu propia experiencia.
Sólo existe
una relación, es la relación contigo mismo. Los otros y los acontecimientos son
ángeles y milagros, convocados por ti mismo en tu camino de realización, en tu
sendero hacia tu ser real.
Siempre se
te dio lo que has pedido y en todo momento pediste al aspecto de tu ser que decidiste
manifestar.
Al final del
camino, cuando finalice este capítulo del libro de tu vida, nuevamente serás consciente
de la inocencia absoluta de quienes te acompañaron y verás que ellos te
permitieron cumplir con tu anhelo jamás imaginado. La posibilidad de
experimentar tus aspectos más elevados.
Verás que
ellos cumplieron con todos los pactos acordados, que te llevaron muchas veces a
experimentar tus aspectos más bajos y así hacer físicamente posible que te
manifiestes
conscientemente.
La gran
justicia te será revelada, cuando seas capaz de ver que nadie jamás te dañó y
que todos los daños recibidos fueron por ti imaginados, creados y
experimentados.
Similarmente,
y ante tu sorpresa, también sabrás que aquellos dolores y sufrimientos con los
que tú creías dañar a otros fueron también fruto de tu propia imaginación. Porque
lo que es para ti, es exactamente igual para tus hermanos. Todo dolor y
sufrimiento padecido, fueron por ellos imaginados, creados y experimentados.
Y sabrás que
todo el daño, sólo puede ser auto-infligido. Y también sabrás que el amor que
escatimaste a ti mismo te lo quitaste.
Aún el miedo
más intenso, el dolor más profundo, la traición más artera, la ofensa menos esperada,
la agresión más hiriente, en fin el infierno más temido, fueron todas
magníficas expresiones por ti elegidas. Aun cuando tú siempre en estos casos
hayas elegido experimentar otro aspecto de tu ser.
La creencia
que fueron "otros" los "verdaderos" causantes de tanta
injusticia y sufrimiento en tu propio interior.
No amigo
mío, nunca han existido ni existirán injusticias en plan perfecto de la vida.
Pero sí es posible que las hayas imaginado cuando has caído en la ilusión y el
espejismo de los planos inferiores de conciencia.
Al final de
camino te verás como lo que siempre fuiste y serás el creador absoluto y libre
de todas tus experiencias.
Y cuando
veas tu vida a la luz de esta conciencia más elevada, sentirás una compasión
enorme por ti mismo y desearás haber evitado tanto dolor y sufrimiento.
Entonces
pedirás, suplicarás, implorarás, una nueva oportunidad.
Tú también
me pediste que cuando te olvidaras de todo esto, y el olvido fue la parte de tu
propio plan, en algún momento te enviara algo que te ayudara a recordar.
Bueno, hijo
mío, en este acto estoy cumpliendo con mi parte.
Ahora, si tú
lo dispones, tienes una nueva oportunidad de recordar y utilizar la vida
física, para conocerte a ti mismo en tus aspectos más elevados. Así como lo
soñaste antes de volver.
Como
siempre, el acuerdo sigue siendo el mismo: Tú pides y Yo concedo exactamente lo
que tú pides.
Sabrás que
el amor es y será tu verdadera esencia. Y no pararás hasta experimentarlo y
sentirlo.
De pronto
serás consciente que todas las experiencias pasadas sí tuvieron un sentido muy
amoroso, el de ayudarte a recordar, a través de las experiencias físicas de muchos
otros aspectos de tu ser, que la opción más elevada y verdadera es el AMOR.
Con AMOR, TU
YO SOY.