ESPOSA. Ahora eres mi esposo y te toca comportarte como tal: tienes que serme fiel, cuidarme, amarme, proveer todo lo que necesitamos para la casa. Se terminaron las noches de fiesta y los amigos; se acabó el despilfarro de dinero en tonterías. ahora eres el responsable de la casa, de la familia, porque tendremos hijos como todo matrimonio y entonces serás padre y serlo es una gran responsabilidad, es ser un ejemplo para los hijos.
Nada de soñar con mundos irreales. Es hora de que trabajes, de que consigas un buen trabajo para mantenerme a mí, tu mujer. Y nada de llegar tarde, nada de hablar por teléfono con amigas, todas esas mujeres tienen que entender que ya no eres el mismo, que ya tienes dueña, y si no lo hacen se las verán conmigo. Ser esposo es una gran responsabilidad.
Yo como esposa voy a sacrificar por ti mis sueños, deseos y necesidades de mujer, porque eso hace una esposa: se sacrifica por su marido. No espero menos de tu parte porque de lo contrario estarías traicionando nuestra sagrada unión que, por cierto, no se te olvide, es para siempre. Creo que ya he hablado suficiente, sólo resta que recuerdes a mis padres, un ejemplo de matrimonio, así es como espero que seamos. Y esta noche no me pidas nada; ya me duele la cabeza.
ESPOSO. Ya dijiste que sí; ya eres mi mujer, mi esposa y espero mucho de ti. las cosas ahora han cambiado y tienes que portarte a la altura de lo que eres. No olvides poner atención a mis necesidades, atiéndeme, escúchame y dame lo que necesito. No pido mucho, sólo que recuerdes que primero está el matrimonio y después lo demás.
Tienes que ser discreta e irreprochable. Cuando tengamos hijos, también serás madre y tienes que ser un ejemplo para ellos, es una gran responsabilidad. ahora tienes que atender una familia y olvidarte de aquellas cosas, de aquellas fantasías. ahora eres una señora, mi esposa.
Yo también voy a cambiar por ti, voy a dejar de ser quien soy para convertirme en tu marido, ahora somos el uno del otro para siempre; nos guste o no, hay cosas que nos unen. Espero que esta noche no te duela la cabeza, aunque ni creas que tengo tantas ganas.
ESPOSA. Esposo, marido, no me importa el título, me importa el hombre maravilloso que eres, el hombre creativo que elegí como compañero de vida. Porque yo elegí estar contigo sabiendo —hasta donde se puede saber— quién eres, conozco tu luz y tu oscuridad y te acepto tal como eres porque eso es el amor: tomar al otro y en el camino aprender lo que nos gusta y lo que no nos gusta de nosotros mismos.
No espero que cambies, no espero que me cuides o me protejas porque sé que eso sucederá si tiene que suceder. Lo único que espero es compartir contigo lo que soy: mi amor por mí misma, el respeto a mis necesidades de mujer, mi valor como ser humano. Ése es mi gran regalo para compartir contigo y estoy agradecida de que tú también hayas elegido compartir conmigo tu humanidad.
A veces me gustaría pensar que lo nuestro va a ser para siempre, pero soy realista, sé que uno de los dos —tarde o temprano y de una manera u otra— se irá antes que el otro, así que lo único que nos queda es disfrutarnos en este momento. La verdad no sé cómo lo vamos a hacer, pero estoy dispuesta a aprender en el camino y que juntos encontremos nuestra definición de lo que significa ser esposo y esposa. Te tomo como mi esposo con todo lo que forma parte de ti.
ESPOSO. No eres mi propiedad, eres el ser humano que elegí para compartir lo que soy. Estoy agradecido de poder disfrutar de tu creatividad, de tu feminidad; de aprender contigo aún cuando los momentos no son agradables o no son como yo espero.
Yo sigo siendo un hombre, no he dejado de escucharme y de respetar mis decisiones como ser humano, por eso no espero que tú cambies por mí, ni que hagas cosas por mí; como no espero nada, todo lo que haces resulta un gran regalo inesperado.
Si algún día somos padres estaré enormemente agradecido por ese regalo, pero no es algo que espere obligatoriamente. Lo que nos une no es un papel, ni una casa ni lo que digan los demás, lo único que nos mantiene juntos es nuestra decisión individual de compartir el uno con el otro y eso hace más valiosa nuestra relación.
No te puedo prometer que esto será para siempre, pero sí te digo que estoy dispuesto hoy a hacer lo que esté en mis manos para que nuestra relación continúe, porque sé que si hoy estamos bien, es muy probable que mañana también, y si mañana solucionamos lo que venga, quizá estemos juntos al día siguiente y tal vez un día volteemos hacia lo caminado y nos sorprendamos de todo el tiempo juntos. Pero eso sólo es unaposibilidad, la realidad es que hoy estoy agradecido de ser un hombre compartiendo este momento de vida con una mujer. Te tomo como mi esposa, con todo lo que forma parte de ti.