domingo, 1 de septiembre de 2024

En el pequeño mundo en el que los niños tienen su existencia, sea quien sea el que los eduque, nada hay que se perciba y se sienta tan sutilmente como la injusticia. – Charles Dickens

Yo siempre pensé que nunca me pasaría. ¿Qué fue lo que hice o lo que dejé de hacer? Ya no soporto este sufrimiento y el coraje ¿Es que no soy suficiente para él? ¿Qué es lo que encuentra en otra que no tenga yo? quisiera terminar con todo esto y olvidar lo que pasó, quisiera que no hubiera sucedido jamás pero no puedo evitar pensar en eso todo el día, cargar con la sensación, con las imágenes.

A veces siento que no valgo nada y me enoja sentirme estúpida; darle tanta importancia. Pero mi vida ya no es igual: perdí la confianza en él, perdí la confianza en lo nuestro, perdí la confianza en mí… ya no soy la que era antes. Ya no sé quién soy.

Quiero dejarlo pero lo amo y me da miedo. ¿Qué voy a hacer después? ¿Sola de nuevo? Además todos los hombres son iguales: egoístas, sólo piensan en ellos mismos, son traicioneros, te prometen fidelidad y amor eterno pero luego se arrepienten, su palabra no vale nada. ¿Cómo puedo volver a confiar en alguien?

Me dolió y no niego mi dolor. Muchas cosas se rompieron dentro de mí, principalmente mis expectativas irreales de esperar de otros lo que no he podido darme a mí. Agradezco el aprendizaje, este evento me mostró lo que hace tiempo dejé hacer: mirarme.

Le di más importancia a mi pareja, a la relación, a lo que él hacía o dejaba de hacer y me olvidé de atenderme, de escucharme, de sanar mis heridas y dolores, de encargarme de mi alma en lugar de esperar que otros se hicieran cargo. Dejo con él sus acciones, sus consecuencias y asumo mis decisiones escuchando mi corazón, lo que necesito para mí.

Un evento no me define, una infidelidad no determina quién soy. Yo soy más que eso. Soy una mujer creativa, inteligente, un ser humano con un propósito en la vida y esta vida, mi vida, está llena de regalos, de experiencias, de alegrías, dolores, tristezas para aprender, para crecer, para ser yo misma. Renuncio a definirme por un evento, renuncio a poner la responsabilidad de mí en las manos de otros. Me cuido, me atiendo y, desde ahí, creo y construyo la vida que quiero vivir.


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