viernes, 31 de julio de 2015

Ajahn Chah (3)

Con respecto de la paz interior, asegura:
La paz no está en la húmeda frescura de los bosques ni en la imponente cima de las montañas ni en el recogido interior de las cuevas.
La paz que buscas se encuentra en el mismo lugar en el que habitan tu agitación y tu sufrimiento.
No te angusties tratando de encontrar la paz. Cuando tu corazón esté listo, ella vendrá a buscarte a ti.

Sobre el aferramiento se expresa con dureza; pues, si nos descuidamos, hasta del Dharma podemos sentir apego. Dice:
Quedarse atrapado en la serenidad que produce la meditación, es peor que atascarse en el pantano de la inquietud.

Porque de la cárcel de la confusión todos queremos escapar; en cambio, la calma de la tranquilidad interior puede producir un terrible apego.

lunes, 27 de julio de 2015

Ajahn Chah (2)


Refiriéndose a la mente, expresa:
Si tu mente es feliz, serás feliz en cualquier lugar en el que estés.
La mente es intrínsecamente tranquila. La ansiedad y la confusión no son parte de ella.
La mente no es como el cuerpo que tienes que moverlo para ejercitarlo. La mente se ejercita aquietándola.

 Refiriéndose al Dharma, dice:
No te esfuerces por atrapar las ideas que escuches ni por retener en la memoria la información.
Sosiégate. Deja que el Dharma fluya dentro de tu corazón y se manifieste por él mismo.
Mantente abierto a su fluir y te darás cuenta de que lo que está listo para ser retenido, se retendrá.
Escucha las Enseñanzas con el corazón, no con los oídos.
La única magia verdadera es el Dharma. Las demás magias son sólo ilusiones que te distraen del verdadero juego.
Si tu contacto con el Dharma es a través de palabras, de libros o de escrituras, sólo te estás relacionando con lo que se dice del Dharma, no con el verdadero Dharma.
Si tu cuerpo hablara, te diría: «Tú no eres mi dueño». En realidad te lo está diciendo todo el tiempo; pero como no entiendes el Dharma, no estás capacitado para comprenderlo.
Si tu cuerpo realmente fuera tuyo, te obedecería si le ordenaras: «¡No envejezcas!» o «¡Te prohíbo que te enfermes!»
Si no estás consciente de que tu aliento entra y sale de tu cuerpo, es porque vives muy lejos de ti mismo.

Se refiere a la impermanencia haciendo las siguientes reflexiones:
Las cosas tienen un curso natural.
Nada puede impedir que los objetos sigan su propio y espontáneo desenvolvimiento.
Observa tus muelas: aunque contrates un dentista para que te las cuide, finalmente, ellas seguirán su curso natural que es el deterioro y la destrucción.
No te resistas al cambio. No puedes impedir que las cosas se modifiquen.
¿Acaso puedes permanecer en una interminable inhalación sin exhalar?

jueves, 23 de julio de 2015

Ajahn Chah (1)


Ajahn Chah
Nació en un pueblo de la parte noreste de Thailandia.
Fue uno de los más grandes maestros de meditación del siglo XX y su influencia caló hondo en el budismo Theravada.
Probablemente, es el monje más famoso de la Tradición Thailandesa del Bosque.
Desde muy temprana edad se convirtió en novicio y, a la edad de veinte años, recibió los más altos grados monásticos.
Siguiendo la tradición de austeridad propia de la Orden del Bosque, deambuló por los arbolados parajes de la región tailandesa donde nació, alimentándose con la comida que le obsequiaban, pues era un peregrino mendicante.
Con el tiempo, llegó a ser un consumado maestro de meditación que compartía la realización del Dharma con todos los que lo buscaron.
La esencia de su mensaje siempre fue muy simple: ser consciente, no apegarse a nada, dejar todo y rendirse a la manera natural de cómo las cosas son.
Su enseñanza atrajo a muchos occidentales que venían a practicar en Wat Pah Nanachat, un monasterio que fundó.
En 1979 llevó el Dharma a Europa a través de una extensión del Wat Pah Nanachat que instaló en Sussex, Inglaterra.
Hoy en día, existen ramas de este monasterio en varios lugares de Europa, de Australia y de Nueva Zelanda.
Su muerte ocurrió al final de una larga enfermedad.
Uno de sus libros, que por cierto es el que ha tenido mayor difusión, es No Ajahn Chah., cuyo texto es una recopilación de citas y reflexiones.
Los fragmentos que aparecen enseguida, fueron extraídos de sus páginas.

Sobre meditación, expresó:
No digas que no tienes tiempo para meditar. Si tienes tiempo para respirar, tienes tiempo para meditar. La meditación es tan importante como la respiración.
No te excuses diciendo que porque enfermaste no pudiste practicar. Si no practicas cuando la muerte está cerca; entonces, ¿Cuándo lo harás?
No practiques sólo cuando estés lleno de energía y de humor para hacerlo. En los momentos de mayor desgano y de menor interés es cuando más necesitas meditar.
No se medita para obtener algo; la meditación se practica para quitarse cosas de encima. Medita con desprendimiento, no con deseo. Procura que tu práctica te ayude a dejar ir, no a incrementar tus apegos.
Para meditar no tienes que ir al santuario ni al monasterio. El mejor lugar para meditar es tu corazón.
Te recomiendo que, cuando termines tu sesión, no pienses que dejaste de meditar. Sólo di que cambiaste de postura.

Sobre la muerte, hace los siguientes comentarios:
No llores cuando te encuentres junto al lecho de un moribundo. Si de veras quieres llorar, hazlo cuando nace una persona; porque si no hubiera nacimiento, no habría muerte ni sufrimiento.
Si no comprendes la muerte, te puedes pasar la vida lleno de confusión.
Si tu entrenamiento es el adecuado, no te atemorizará la enfermedad ni te alterarás cuando la muerte llegue.

viernes, 17 de julio de 2015

FRAGMENTO DE LA ULTIMA CARTA DE EINSTEIN A SU HIJA

Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo. Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación.

Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el amor.

Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.

El amor es luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El amor es Dios, y Dios es amor.

Esta fuerza lo explica todo y da sentido

sábado, 11 de julio de 2015

Nuestro espejo y el proceso de la unidad.


Estaba Buda meditando en la espesura junto a sus discípulos, cuando se acercó un detractor espiritual que lo detestaba y aprovechando el momento de mayor concentración de Buda, lo insulto, lo escupió y lo lanzó tierra.
Buda salió del trance al instante y con una sonrisa placida envolvió con compasión al agresor; sin embargo los discípulos reaccionaron violentamente, atrapando al hombre y alzando palos y piedras, esperaron la orden Buda para darle su merecido.

Buda en un instante percibe la totalidad de la situación, y les ordena a los discípulos, que suelten al hombre, y se dirige a este con suavidad y convicción diciéndole:
Miré lo que usted género en nosotros, nos expuso como un espejo, muestra el verdadero rostro. Desde ahora le pido por favor que venga todos los días, a probar nuestra verdad o  nuestra hipocresía, usted vio que en un instante yo le llene de amor, pero estos hombres que hace años me siguen por todos lados meditando y orando, demuestran no entender ni vivir el proceso de la unidad y quisieron responder con una agresión similar o mayor a la recibida.

Regrese siempre que lo desee, usted es mi invitado de honor. Todo insulto será bien recibido, como un estímulo para ver si vibramos alto, o es solo un engaño de la mente esto de ver la unidad de todo.
Cuando escucharon esto, tanto los discípulos como el hombre,

lunes, 6 de julio de 2015

Resumen del libro ANATOMIA DEL ESPIRITU (Caroline Myss, Ph.D.) - 4


LA CONCIENCIA Y SU CONEXION CON LA CURACION
Durante las cuatro últimas décadas se ha escrito mucho sobre el papel de la mente en la salud, nuestras actitudes tienen un papel importantísimo  en la creación y la destrucción de la salud corporal.

La depresión, por ejemplo, no sólo afecta a la capacidad de sanar, sino que deteriora directamente el sistema inmunológico.
El enfado, la amargura, el resentimiento y la  rabia, obstaculizan el proceso de curación, o lo impiden totalmente.

La voluntad de sanar tiene un enorme poder, y sin ese poder interior una enfermedad suele salirse con la suya.
LA CONCIENCIA Y LA MUERTE

¿Significa esto que las personas que no se curan no han conseguido ampliar su conciencia?
NO, en absoluto. Morir no significa no haber sanado.

La muerte es una parte inevitable de la vida.
La realidad es que muchas personas

miércoles, 1 de julio de 2015

Resumen del libro ANATOMIA DEL ESPIRITU (Caroline Myss, Ph.D.) - 3


EL PODER PERSONAL ES NECESARIO PARA LA SALUD... 
Muchas personas desarrollan una enfermedad cuando pierden algo que para ellas representa poder, como el dinero y el trabajo o cuando pierden a alguien a quien le han otorgado poder o le han cedido su identidad, como el cónyuge, un progenitor o un hijo.

Nuestra relación con el poder está en el núcleo de nuestra salud. Para que una terapia alternativa tenga éxito es necesario que el paciente tenga un concepto interno del poder, una capacidad para generar energía interna y recursos emocionales, como por ejemplo, creer en su autosuficiencia.
Es necesario tomar conciencia de lo que nos da poder. La curación de cualquier enfermedad se facilita identificando nuestros símbolos de poder y escuchando los mensajes que el cuerpo y las intuiciones nos envían acerca de ellos.

LA PERSONA PUEDE SANARSE SOLA
Curación total y cura no son lo mismo. Se produce una "cura" cuando la persona ha logrado controlar o detener el avance físico de una enfermedad.

Curar una enfermedad física, sin