domingo, 31 de mayo de 2020

Anecdotas del Talmud - EL REY Y EL PRÍNCIPE


Los discípulos le preguntaron a Rabí Shimon bar Iojai:
- ¿Por qué debía el Eterno enviar el maná del cielo todos los días, no lo podría haber hecho de una vez para todo el año?
Rabí Shimon respondió diciendo:”-Les voy a dar un ejemplo al respecto: Un rey tenía un hijo al que proveía una vez para mantenerse todo el año. El príncipe, por lo tanto, venía a ver a su padre una sola vez al año. Entonces el rey dispuso que le provean los gastos diariamente y así el príncipe comenzó a venir todos los días. Lo mismo pasó con la generación del desierto, si se los hubiese proveído una vez al año, seguramente habrían olvidado que tenían un proveedor en el cielo.
(Tratado Ioma, 76)

viernes, 29 de mayo de 2020

Anecdotas del Talmud - PACIENCIA (3)


El Sabio Shmuel estaba sentado con un famoso astrólogo y mientras hablaban vieron a un grupo de personas acercándose a una laguna para cortar ramas y encender un fuego para calentarse. El astrólogo señaló a uno y le dijo a Shmuel:” Ése no volverá porque será mordido por una serpiente”. Shmuel le respondió:” Sin embargo volverá vivo”.
Y así sucedió. Cuando volvió, el astrólogo miró el conjunto de ramas que el hombre llevaba y encontró una serpiente partida en dos, que el hombre había cortado sin saberla.
Shmuel le preguntó:” ¿Dime, que hiciste hoy que te salvaste de la muerte? El hombre respondió:”-Todo el día, cuando vamos a trabajar, almorzamos juntos y cada uno contribuye con una parte. Hoy me dí cuenta de que uno no tenía lo qué dar y estaba muy avergonzado.
Entonces les dije que yo iba a recolectar la comida de cada uno y cuando llegó el turno del que nada tenía, hice como si tomara algo de él, para no avergonzarlo”.
“-Hiciste una obra de bien -dijo Shmuel- La caridad salva de la muerte”.
(Tratado Shabat pag.136)

miércoles, 27 de mayo de 2020

Anecdotas del Talmud - PACIENCIA (2)


Rabí Jía le dijo una vez, a su esposa:”-Cuando veas a un menesteroso viniendo hacia nuestra casa, no esperes a que pida, sino llévale pan, para que tus hij os reciban ayuda, antes de que pidan”.
La esposa le dijo a Rabí Jía:”- ¿por qué maldices a tus hijos? Entonces él le contestó:” -El mundo es una rueda, nadie sabe cuándo estará arriba o abajo. Aquél que se apiada de otras personas, el Eterno se apiada de él.”
(Tratado Shabat 151)

lunes, 25 de mayo de 2020

Anecdotas del Talmud - PACIENCIA (1)


Un maestro, aparte de conocimientos, debe tener mucha paciencia.
Rabí Preida tenía un alumno al que tenía que repetirle cuatrocientas veces cada lección hasta que la entendía. Un día fue llamado para un asunto tal, que realizarlo constituiría una verdadera mitzvá.
Antes de irse, le enseñó la lección al alumno las consabidas cuatrocientas veces, pero el joven no la entendía. Rabí Preida le preguntó por qué esta vez era diferente a las otras y el alumno contestó:
-Desde el momento en que escuché que usted había sido llamado para cumplimentar una mitzvá, mi atención se dispersó, porque tenía miedo de que en cualquier momento se iba a levantar e irse”.
Rabí Preida le dijo que pusiera atención y le enseñó de nuevo las cuatrocientas veces. Luego se escuchó una voz celestial que preguntó a Rabí Preida: - ¿prefieres que se te agreguen cuatrocientos años a tu vida o que tú y tu generación merezcan el Otro Mundo? Rabí Preida prefirió lo segundo. Y el Eterno dijo:” -otórguenle los dos”.
(Tratado Eruvin 54b)

sábado, 23 de mayo de 2020

Anécdotas del Talmud - EL CARÁCTER DE UNA PERSONA


Los Sabios discutían sobre cuál de las cualidades era la más adecuada para evaluar el carácter de una persona. Después de un acalorado debate, Rabí Eliah concluyó la discusión diciendo:
-Podemos concordar en que el carácter de una persona puede ser determinado por:” bekosó” (su copa), bekisó (su bolsillo) y “bekaasó” (su enojo).
Los sabios se miraron riendo y uno dijo: -es verdad que las tres palabras suenan igual, pero esta seria discusión no merece ser resuelta solamente por un ritmo ridículo.
-Déjenme explicarles- dijo Rabí Eliah- La copa es significativa porque podemos decir cuán hospitalaria es una persona, por la manera con que llena la copa de los demás. Y obviamente, la manera como bebe es una clara indicación de sus virtudes. Lo mismo, como una persona ve la copa de su vida: medio llena o medio vacía.
También podemos saber de sus bolsillos hasta cuanto está dispuesto a ayudar a su prójimo. Lo mismo de la manera como controla su enojo, nos demuestra su gentileza y tolerancia hacia los demás.
Los colegas rieron y asintieron. Uno de ellos agregó: -que nuestra risa nos recuerde que está dicho que a una persona se la puede juzgar también por su risa.
- ¿Cómo es eso? - preguntó Rabí Ilya.
-Una persona puede ser juzgada por cómo se ríe con los demás de buena gana y consigo mismo. (Tratado Eruvin 65b)

jueves, 21 de mayo de 2020

Cuentos Sufís - LA PERLA


Había un hombre llamado Nasuh, que se ocupaba en el baño del servicio de las mujeres. Su cara era muy afeminada, lo que le permitía disimular su virilidad. Era un maestro en el arte del disfraz. Desde hacía años actuaba así y nadie había descubierto su secreto. Pero, a pesar de su cara y de su voz aflautada, su deseo era ardiente. Cubría su cabeza con un velo, pero era un joven ardoroso.
Se arrepentía a menudo de esta actividad, pero su deseo volvía a imponerse. Un día fue a ver a un sabio para que éste le procurase el socorro de sus plegarias. El sabio comprendió enseguida la situación y no dejó que se le notara nada. Sus labios estaban como cosidos, pero, en su corazón, los secretos ya estaban desvelados. Pues los que conocen los secretos tienen la boca sellada.
Así, con una ligera sonrisa, dijo al joven:
"¡Que Dios te haga arrepentirte de lo que tú sabes!"
Esta plegaria atravesó los siete cielos y fue aceptada, pues las plegarias de este sheij eran diferentes de las demás. Dios creó, pues, un pretexto para sacar a Nasuh de la situación en la que se encontraba. Un día, cuando Nasuh llenaba un barreño de agua, la hija del sultán extravió una perla. Era una de las joyas que adornaban sus pendientes. Todas las mujeres presentes se precipitaron por todos lados para encontrarla y cerraron las puertas. Por mucho que buscaron por todas partes, la perla siguió sin aparecer. Para no omitir nada, se decidió registrar a las personas presentes, mirar en su boca, sus orejas y en todos los orificios y aberturas. Se ordenó a todos que se desnudaran para ser registrados.
Nasuh, retirado en un rincón, con el rostro pálido, estuvo a punto de desvanecerse de miedo. Pensaba en la muerte y su cuerpo temblaba como una hoja. Se decía:
"¡Oh, Dios mío! ¡He pecado mucho! He faltado a mis buenas resoluciones.
Y cuando me llegue el turno de ser registrado, ¿quién puede decir cuántas torturas sufriré? Siento ya el olor a quemado de mis pulmones. ¡Ah! ¡No deseo a nadie, ni siquiera a un infiel, que conozca un trance semejante! ¡Ojalá que mi madre no me hubiese concebido! ¡O que un león me hubiese devorado! ¡Oh, ¡Dios mío! Me confío a tu misericordia. ¡Ten piedad de mí! Concédeme la gracia pues cada poro de mi piel siente como una mordedura de serpiente. Si cubres mi vergüenza, me arrepentiré de todos mis pecados. ¡Acepta una vez más mi arrepentimiento y si no cumplo esta promesa, haz de mí lo que quieras!"
Mientras que mascullaba así. Nasuh oyó decir a alguien:
"Hemos registrado a todo el mundo. Pero ¿dónde está Nasuh? Que venga para ser también registrada."
Al oír esto, Nasuh se derrumbó como un muro que se viene al suelo. Su razón lo abandonó y permaneció en el suelo, inanimado. En este estado, mientras estaba fuera de sí mismo, pudo alcanzar el secreto de la verdad.
Mientras que nada subsistía de su existencia, se concedió un favor a su alma.
Esta escapó de la razón para unirse a la verdad. Entonces fue cuando afluyó la oleada de la misericordia.
De repente, alguien gritó:
"¡Aquí está la perla! ¡Acabo de encontrarla! ¡Tranquilizaos y alegraos conmigo!"
Las mujeres aplaudieron diciendo:
"¡Todo solucionado!"
El alma de Nasuh volvió a la superficie y sus ojos vieron de nuevo la luz.
Todos le pedían perdón por haber dudado de su honradez.
"¡Te hemos calumniado, Nasuh! Pero, como eras tú la que estaba más cerca de la hija del sultán, ¿no era normal que fueses la primera sospechosa?"
De hecho, las mujeres habrían querido empezar el registro por ella, pero, por respeto a su intimidad con la hija del sultán, habían querido dejarle así la ocasión de desembarazarse de la perla. Mientras que ellas pedían perdón, Nasuh decía:
"No os excuséis. Soy culpable y mi culpabilidad supera la vuestra. Lo que me sucede es un favor de Dios, pero, en realidad, soy peor de lo que imagináis.
Todo lo que hayáis podido decir sobre mí no es ni la centésima parte de mis pecados. Quien cree conocer mis faltas, no conoce sino una ínfima parte de ellas.
Dios, que cubre con un velo toda vergüenza, conocía bien mis pecados. Iblis, que fue mi maestro durante algún tiempo, se había convertido en discípulo mío. Dios conocía mis faltas, pero las ha ocultado para ahorrarme la vergüenza. Con su misericordia, me ha abierto el camino del arrepentimiento. Aunque cada uno de mis pelos se convirtiese en una lengua, eso no bastaría para expresar mi gratitud."
Algún tiempo después, vino alguien de parte de la hija del sultán para invitarlo a cumplir su servicio en el baño. No quería, le dijeron, ser servida sino por ella. Nasuh respondió:
"¡Vete! Yo ya he salido de esa situación. ¡Di que Nasuh está enfermo!"
Y se decía:
"¡He muerto y resucitado! Este instante de temor que he vivido es inolvidable. ¡Después de tal advertencia, sólo un asno perseveraría en el error!"

martes, 19 de mayo de 2020

Oraciones Bahá'ís


¡Gloria sea a Ti, oh, Dios! ¿Cómo puedo yo hacer mención de Ti cuando Tú estás por encima de la alabanza de toda la humanidad? ¡Magnificado sea tu Nombre, oh, Dios! Tú eres el Rey, la Verdad Eterna. Tú conoces lo que está en los cielos y en la tierra y a Ti todos regresaremos. Tú has enviado tu Revelación divinamente ordenada, de acuerdo con una clara medida. ¡Alabado seas Tú, oh, Señor! Según tu deseo, Tú haces victorioso a quienquiera Te place, mediante las huestes del cielo y de la tierra y de todo lo que existe entre ambos. Tú eres el Soberano, la Verdad Eterna, el Señor de poder invencible.

domingo, 17 de mayo de 2020

Cuentos Sufís - ACTO FALLIDO


Un hombre piadoso tenía una mujer muy celosa. Poseía una sirvienta tan hermosa como las huríes. Su mujer, para protegerlo de la tentación, se las arreglaba para no dejarlo nunca solo con ella. Ejercía un control permanente, tanto que estos dos enamorados nunca encontraban un instante propicio para su unión.
Pero, cuando la voluntad de Dios se manifiesta, las murallas de la razón se derrumban bajo los golpes de la inadvertencia. Cuando la orden de Dios aparece, ¡qué importa la razón! ¡Incluso la luna desaparece!
Un día, la mujer partió para el baño, acompañada de su sirvienta. Pero, en el camino, se acordó de pronto que había olvidado traer su barreño. Dijo a su sirvienta:
"¡Corre! ¡Ve como un pájaro a la casa y tráeme mi barreño de plata!"
La sirvienta se llenó de alegría al ver realizarse su esperanza. Se decía:
"El amo debe de estar en casa en este momento. Así que podré unirme a él."
Corrió, pues, hacia la morada de su amo, con la cabeza llena de estos agradables pensamientos. Desde hacía seis años, en efecto, llevaba en su interior este deseo. Vivía con la esperanza de pasar un rato con su amo. Así que no corrió hacia la casa. No, más bien voló hacia ella. Encontró allí a su amo solo. El deseo entre estos dos enamorados era tan intenso que no pensaron siquiera en cerrar la puerta con llave. Se sumergieron así en la embriaguez y mezclaron sus dos almas.
La mujer, que seguía esperando en el camino del baño, se dio cuenta repentinamente de la situación.
"¿Cómo he podido enviar a esta sirvienta a la casa? ¿No es esto acercar el fuego a la estopa? ¿O el carnero a la oveja?"
Corrió hacia su casa. La sirvienta corría bajo el imperio del amor, pero ella corría bajo el imperio del temor. Y es grande la diferencia entre el amor y el temor. En cada aliento el sabio se acerca al trono del sha, pero el hombre
piadoso hace en un mes el trayecto de un día.
La mujer llegó finalmente a la casa y abrió la puerta. El chirrido de los goznes puso término a la felicidad de los enamorados. La sirvienta se levantó de un salto, mientras que el hombre, prosternado, se puso a rezar. Viendo a su sirvienta descompuesta y a su marido en oración, la mujer fue presa de sospechas. Levantó la túnica de su marido y comprobó que su miembro estaba manchado, igual que sus muslos y sus piernas. Se golpeó la cabeza con las manos.
"¡Oh, imprudente! ¡Así es como rezas! ¡Es digna del estado de oración y de evocación esta suciedad sobre tu cuerpo!"
Si preguntas a un infiel quién ha creado el universo, te responderá: "¡Dios Él es quien lo ha creado, como atestigua toda la creación." Pero las obras de los infieles, que sólo son blasfemias y malos pensamientos, no corresponden apenas a esta afirmación, como sucede con el hombre de nuestra historia.

viernes, 15 de mayo de 2020

Cuentos Sufís - EL FUEGO DE LA NOSTALGIA

Mediún, separado de su amada, había caído enfermo y el fuego de la nostalgia hacía hervir su sangre. Vino un médico para cuidarlo, pero, cuando puso el dedo en el lugar de su dolor, el enamorado lanzó un grito:
"¡Déjame! ¡Si tengo que morir, tanto peor!"
El médico replicó, asombrado:
"¡Tú que no temes al león y que estás cada noche rodeado de animales salvajes, dominándolos con sólo la fuerza de tu amor! ¿Qué significa este miedo repentino?"
Mediún respondió:
"No tengo miedo de la enfermedad, pues soy más paciente que la montaña.
Mi cuerpo está contento con la enfermedad. El pesar es mi patrimonio y mi corazón está lleno de Leila. ¡Por eso temo que, al hacerme una sangría, puedas herir a mi amada!"

miércoles, 13 de mayo de 2020

Cuentos Sufís - LAS BABUCHAS PRECIOSAS


Eyaz, que era un hombre de corazón puro, había guardado sus babuchas y su manto en una habitación. La visitaba cada día y, como esas babuchas y ese manto constituían todo su haber, se decía:
"¡Vaya! ¡Mira estas babuchas! ¡No tienes motivos para estar orgulloso!"
Pero unos celosos lo calumniaron ante el sultán diciendo:
"Eyaz posee una habitación en la que acumula oro y plata. ¡La puerta está bien cerrada y nadie entra en ella más que él!
-Es extraño, dijo el sultán. ¿Qué puede poseer que desee ocultar a mis ojos?
Tratemos de aclarar el misterio sin que se dé cuenta de nada."
Llamó a uno de sus emires y le dijo:
"A medianoche, abrirás esta celda y tomarás todo lo que te parezca interesante. Todo lo que hayas encontrado, muéstralo a tus amigos. ¿Cómo puede este avaro pensar en acumular tesoros cuando yo soy tan generoso?"
A medianoche, el emir se trasladó a la celda con tres de sus hombres. Se habían provisto de linternas y se frotaban las manos diciendo:
"La orden del sultán es generosa, pues así recuperaremos en beneficio nuestro todo lo que encontremos."
De hecho, el sultán no dudaba de su servidor, sino que deseaba sólo dar una lección a los calumniadores. Sin embargo, su corazón temblaba y se decía:
"Si realmente ha hecho tal cosa, es preciso que su vergüenza no sea pública pues, suceda lo que suceda, lo tengo en gran estima. ¡Por otra parte, está por encima de este tipo de calumnias!"
El que tiene malos pensamientos compara a sus amigos con él. Los mentirosos compararon al profeta con ellos. Y así fue como los calumniadores vinieron a tener malos pensamientos sobre Eyaz.
El emir y sus hombres acabaron por forzar la puerta y penetraron en la habitación, ardiendo en deseos. ¡Ay! ¡No vieron allí más que el par de babuchas y el manto! Se dijeron:
"Es inconcebible que esta habitación esté tan vacía. Esos objetos sólo están ahí para desviar la atención."
Fueron a buscar una pala y un pico y empezaron a excavar por todos lados.
Pero todos los agujeros que excavaban les decían:
"Este lugar está vacío. ¿Por qué, pues, lo abrís?"
Finalmente, rellenaron los agujeros, llenos de decepción, pues el pájaro de su deseo no había saciado su apetito. La puerta hundida y el suelo removido quedaban como testigos de la fractura. Regresaron, cubiertos de polvo, ante el sultán. Este, fingiendo ignorar su decepción, les dijo:
"¿Qué pasa? ¿Dónde están las bolsas de oro? Si las habéis dejado en algún sitio, ¿dónde está entonces la alegría de vuestros rostros?"
Ellos le respondieron:
"¡Oh, sultán del universo! Si haces correr nuestra sangre, lo habremos merecido. Nos entregamos a tu piedad y a tu perdón.
-No me corresponde a mí perdonaros, replicó el sultán, sino más bien a Eyaz, pues habéis atacado su dignidad. Esa herida está en su corazón. Aunque él y yo no seamos más que una persona, esta calumnia no me afecta directamente.
¡Pues si un servidor comete un acto vergonzoso, su vergüenza no recae sobre el sultán!"
El sultán pidió, pues, a Eyaz que juzgase él mismo a los culpables, diciendo:
"Aunque te probase mil veces, nunca encontraría en tu casa el menor signo de traición. ¡Serían más bien las pruebas las que se avergonzarían ante ti!
-Todo lo que me has dado te pertenece, respondió Eyaz. Mi peso es solamente este manto y este par de babuchas. Por eso es por lo que dijo el profeta: "¡El que se conoce, también conoce a su Dios! A ti te corresponde juzgar pues, ante el sol, desaparecen las estrellas. ¡Si hubiese sabido prescindir de este manto y de estas babuchas, estas calumnias no se habrían producido!"

lunes, 11 de mayo de 2020

Cuentos Sufís - UN PUÑADO DE TIERRA


Dios creó al hombre de tal manera que puede distinguir el bien del mal. Un día pidió al ángel Gabriel que fuese a buscarle un puñado de tierra. Pero cuando éste tendió la mano, la tierra retrocedió y dijo lamentándose:
"¡Oh, ángel! ¡Por el amor de Dios, perdóname! ¡En nombre de la ciencia que Dios te confió, no me hagas daño!
Tú tratas con Dios a cada instante. Eres el dueño de los ángeles y el mensajero del profeta. Has tenido revelaciones. Eres un ángel superior, pues insuflas el espíritu al alma igual que Izrafel insufla el alma al cuerpo. Cuando él sopla su trompeta, el cuerpo se reanima, pero cuando eres tú quien pones en tu boca la trompeta, el corazón resucita a la luz. ¡Miguel nos proporciona el alimento del cuerpo, pero tú alimentas el corazón! ¡Como la misericordia triunfa sobre la cólera, lo mismo triunfas tú sobre Azrael!"
Así habló la tierra. Gabriel, emocionado por sus lágrimas, regresó ante Dios y le dijo:
"No me atrevo a diferir la ejecución de tus órdenes, pero sabes lo que ha pasado entre la tierra y yo. ¡Me hubiese sido fácil traerte un puñado de ella si no me hubiese intimidado invocando uno de tus nombres!"
Dios dijo entonces a Miguel:
"¡Ve a la tierra y tráeme un puñado de ella!"
Pero la tierra, fogosamente, expresó sus tormentos al ángel:
"¡En nombre de Aquel que te hizo sostén de los cielos, perdóname! Tú eres el que pesa el don de cada criatura, el que calma la sed de los sedientos. Ten piedad de mí. ¡Mira las lágrimas de sangre que vierto!"
Un ángel es una manifestación de la misericordia divina y no pone sal en la herida de un enfermo. Así, Miguel regresó ante Dios sin haber cumplido su misión. Le dijo:
"¡Oh, Señor que conoces lo oculto y lo aparente! Las lágrimas de la tierra han alzado un obstáculo en mi camino. Conozco el valor de las lágrimas y no he podido mostrarme insensible."
Entonces, Dios dijo a Izrafel:
"Ve a buscarme un puñado de tierra."
Apenas Izrafel hubo llegado a su destino cuando la tierra empezó de nuevo a lamentarse diciendo:
"¡Oh, savia de la vida! ¡Con tu aliento resucitas a los muertos! Tu aliento lleno de misericordia reanima el universo entero. Eres el sostén de la tierra y el ángel de misericordia. En nombre de Dios, no me causes ningún daño. Pues me atenaza la duda. Tú eres fiel al Misericordioso y Dios es el que no espanta a nadie, ni siquiera al pájaro. ¡Por piedad, sé tan clemente como tus dos predecesores! "
Así Izrafel se volvió hacia Dios:
"Tú has ordenado a mis oídos que vayan a buscar tierra y has ordenado lo contrario a mi razón. ¡Que tu misericordia sea mayor que tu cólera!"
Entonces Dios dijo a Azrael:
"¡Tráeme un puñado de tierra sin más vacilaciones!"
Ahora bien, la tierra volvió a lamentarse:
"¡En nombre del Misericordioso! ¡En nombre del Todopoderoso! ¡Déjame! Pues Dios no niega a quien pide."
Azrael replicó:
"¡Yo no tengo poder para diferir una orden del Todopoderoso!
- ¡Pero Dios ordena ser sabio y perdonar!
-La sabiduría, dijo Azrael, puede interpretarse de maneras diferentes, pero cuando se tiene una orden tan estricta, apenas hay lugar para interpretaciones.
Tus lágrimas y tus suspiros abrasan mi corazón. No creas que soy insensible a la piedad. Puede incluso que sea más compasivo que los que me han precedido.
Pero, si, ante una orden de Dios, yo abofeteo a un huérfano, y si un hombre de buena voluntad le ofrece leche, mi gesto valdrá más que el suyo. En toda prueba hay un don. El ágata siempre está oculta en el barro. ¡Puesto que es El quien te invita, ven! ¡Esta invitación sólo te traerá honor y alegría! Más vale obedecer las órdenes de Dios. Por mi parte, no tengo fuerza para resistirme a ellas."
Después, como la tierra persistía en su petición:
"Yo soy como un lápiz entre dos dedos. ¡No hago más que obedecer!"
Y, mientras que la tierra lo escuchaba, tomó de ella lo suficiente para llenar su mano. Y la tierra se sintió como el niño que llevan por fuerza a la escuela.
Dios dijo entonces a Azrael:
"¡Te nombro arrancador de espíritus!
- ¡Oh, Señor mío! dijo Azrael, si ésa es mi tarea, toda criatura será mi enemiga. ¡No hagas de mí el enemigo de toda criatura!"
Dios respondió:
"No temas nada. Crearé enfermedades de la cabeza, convulsiones... y muchas otras cosas como razones aparentes de la muerte y nadie te considerará responsable.
- ¡Oh, Señor mío! ¡Habrá sin duda sabios entre tus servidores que rasgarán ese velo!
-Esos saben que existe un remedio para cada pesar y que sólo el destino es irremediable. Los que miran el origen no te verán. Aunque estés oculto a los ojos del pueblo, eres un velo tú mismo para los que ven la verdad. Puesto que, para ellos, el destino tiene la dulzura del azúcar, ¿qué tendrían que temer? Si derribas los muros de una prisión, ¿por qué quieres que se aflijan los prisioneros? ¿Por qué dirían? "¡Qué lástima haber roto tan hermoso mármol!" Ningún preso está triste por salir de la prisión, salvo el destinado al patíbulo. El que duerme en prisión y sueña con jardines de rosas se dice: "¡Oh, Dios mío, déjame gozar de ¡este Edén!" Cuando duerme, no desea despertar."
El alma dormida ignora el cuerpo, esté éste en el jardín de rosas o en el fuego. ¡Qué hermoso sueño! ¡Visitar el paraíso sin morir!

sábado, 9 de mayo de 2020

Cuentos Sufís - FAVOR DIVINO


Muy cerca del Temén, en la ciudad de Darván, vivía un hombre lleno de generosidad, de bondad, de madurez y de razón. Su morada era el lugar de reunión de los desheredados, de los pobres y de los melancólicos. Tenía la costumbre de distribuir la décima parte de sus cosechas.
Cuando el trigo se convertía en harina y hacían pan con ella, distribuía la décima parte de él. Cualquiera que fuese la naturaleza de su cosecha, hacía así, cuatro veces al año, esa distribución.
Un día dio estos consejos a sus hijos:
"Cuando yo haya muerto, perpetuad esta tradición para que el favor divino esté sobre vuestra cosecha. El fruto de una cosecha proviene de lo desconocido, pues es Dios quien nos lo proporciona. Si disponéis adecuadamente de sus larguezas, la puerta del provecho se abrirá para vosotros. Así hacen los campesinos que siembran sin esperar ya una parte de su cosecha. Puede suceder que lo sembrado sea más importante en cantidad que el resto. ¡Qué importa!
¡Tienen confianza! El zapatero se priva igualmente de todo para comprar pieles, pues ésa es la fuente de sus ingresos. Pero la tierra o el cuero no son, de hecho, sino velos. Y la verdadera fuente de ganancia es lo que Dios nos ofrece. Si restituís vuestras ganancias a la fuente, recuperáis vuestra apuesta centuplicada.
Imaginad que hayáis colocado vuestras ganancias en el lugar en el que suponéis que se encuentra su fuente y que nada brota durante dos o tres años. No os queda ya sino implorar a Dios.
"No lo olvidéis: Él es quien nos procura alegría y embriaguez, no el vino ni el hachís. Ninguna ayuda verdadera nos vendrá de vuestros tíos, de vuestros hermanos, de vuestro padre o de vuestros hijos. Sabedlo: llegará un día en que ellos se alejarán de vosotros y vuestros amigos se volverán enemigos. Durante toda vuestra vida no habrán hecho sino obstaculizar vuestro camino, igual que ídolos.
"Si un amigo se aleja de ti con rencor, celos o cólera, no te apenes. Muy al contrario, da limosnas y da gracias a Dios pues no estabas ligado a ese amigo sino por ignorancia. Pero ahora te has liberado de sus redes. Busca, pues, un verdadero amigo. El verdadero amigo es aquel cuya amistad no se deja enfriar por nada, ni siquiera por la muerte.
"No olvidéis esto: sembrad vuestra semilla en la tierra de Dios para que vuestra cosecha esté al abrigo de los ladrones y de las calamidades. En cualquier momento el diablo nos amenaza con la pobreza. No le sirvamos de pieza de caza. Por el contrario, démosle caza nosotros, pues no es digno que el halcón del sultán sea cazado por una perdiz."
Pero este sabio sembraba la semilla de la sabiduría en un terreno árido. En las palabras del sabio se encuentran miles de exhortaciones útiles. Pero hace falta oído para oírlas. ¡Quién mejor que los profetas para aconsejar, puesto que sus palabras hacen moverse las montañas!
Las montañas han aprovechado sus consejos, pero muchos hombres les arrojaron piedras. Así es como, hipnotizados por la idea de sacrificar una décima parte de sus ganancias, muchos hombres olvidan el favor divino que obtendrían obrando así.

jueves, 7 de mayo de 2020

Cuentos Sufís - SUEÑO


Un derviche, retirado en su celda, tuvo un sueño una noche. Vio una perra que estaba preñada y oyó los ladridos de los perrillos. Aquello le pareció muy extraño.
"¿Cómo pueden ladrar esos perrillos incluso antes de haber nacido? Se preguntó. ¡Nadie en este bajo mundo ha oído nunca hablar de una cosa semejante!"
Al despertarse, su estupefacción no hizo sino aumentar. Y como estaba solo en su celda y nadie podía ayudarle a aclarar este misterio, se dirigió a Dios:
"¡Oh, Señor! ¡Estoy pasmado ante este enigma!"
Del mundo de lo desconocido llegó esta respuesta:
"Ese sueño es la representación del discurso de los ignorantes. Pues ellos hablan cuando aún no han salido de los velos que los rodean. Sus ojos están cerrados y charlan inútilmente. Es tan vano como el ladrido de un perrillo en el vientre de su madre. Ladra, pero ni siquiera sabe qué es la caza ni qué es estar vigilando. Aún no ha visto ni lobo ni ladrón."
El deseo de ponerse en primer plano, ciega a los ignorantes y sus palabras son temerarias. Describen la luna sin haberla visto y venden aire a sus clientes.
Busca clientes que te busquen realmente. No te preocupes de uno cualquiera de ellos. ¡Porque es malo estar enamorado de dos amadas!

martes, 5 de mayo de 2020

Oraciones Bahá'ís


Concédeme tu perdón, así como a todos los creyentes que respondieron a Tu Llamamiento. Sé Tú quien me apoye suficientemente ante las maldades de quienquiera desee inflingir sobre mí algún castigo o me desee algún mal. Verdaderamente Tú eres el Señor de todas las cosas creadas. Tú satisfaces a todos, mientras que nadie puede considerarse autosuficiente sin Ti.

domingo, 3 de mayo de 2020

Thich Nhat Hanh

Y Jesús dijo: «Si aquellos que os conducen os dicen: “Mirad, el Reino está en los cielos”, entonces los pájaros del cielo llegarán primero.
Si os dicen: “Está en los mares”, entonces los peces llegarán antes.
Más bien, el Reino está en vuestro interior, y está en el exterior.
Cuando lleguéis a conoceros entonces seréis conocidos, y comprenderéis que vosotros sois los hijos del Padre. Pero si no os conocéis, entonces moráis en la pobreza y esa pobreza sois vosotros».
[El subrayado es mío.]