La naturaleza colabora con el karma y lo lleva a cabo como la mano amorosa de la Justicia Divina al entrar en acción: Terremotos, volcanes, maremotos, vientos huracanados, etc, son como el fuego devorador que consume lo indeseable, limpia y purifica.
Se trata de una
fuerza muy beneficiosa que ha sido calificada como destructiva y no lo es.
El fuerte y
poderoso debe apoyo y protección al débil; el que abusa de su fuerza y poderío
para oprimir a su semejante, viola la Ley de Dios. Los espíritus anuncian que
los tiempos designados por la Providencia para una manifestación universal han
llegado ya.
Ocúpate con
celo y perseverancia de la labor espiritual que has emprendido con el concurso
de las Altas Inteligencias porque esa labor es de ellos. No te acobardes con la
crítica. Encontrarás impugnadores encarnizados, sobre todo en las gentes
interesadas en conservar los abusos.
Es el tiempo de
la verdad surgiendo por todas partes y la vanidad de los descubiertos tratará
por todos los medios de continuar manipulando. La vanidad de ciertos hombres
con millones de seguidores que creen saberlo todo, quieren explicar a su modo
las cosas.
Los seguidores
de Jesús se confundirán en el mismo sentimiento de amor y bien, se unirán en un
lazo fraternal. Las personas de bien dejarán a un lado las cuestiones
miserables de las palabras para ocuparse de las cosas esenciales, el fondo de
las cosas. Experimentar el placer de ver propagarse el bien por toda la Tierra
será el único fin de la humanidad que despierta de la “larga noche de los
tiempos”.
Acuérdate que
los espíritus buenos no asisten más que a los que sirven a Dios con humildad y
desinterés. El orgullo y la ambición serán siempre una barrera entre el hombre
y Dios; son un velo corrido ante los celestiales destellos, y Dios no puede
servirse de los ciegos para dar a comprender la luz.
Fuente:
yosoylarevoluciondelcristo.blogspot.com
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