martes, 27 de agosto de 2019

Cuentos y fábulas de Buda.


Ni tú ni yo somos los mismos
El Buda fue el hombre más despierto de su época. Nadie como él comprendió el sufrimiento humano y desarrolló la benevolencia y la compasión. Entre sus primos, se encontraba el perverso Devadatta, siempre celoso del maestro y empeñado en desacreditarlo e incluso dispuesto amatarlo. Cierto día que el Buda estaba paseando tranquilamente, Devadatta, a su paso, le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina, con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, la roca sólo cayó al lado del Buda y Devadatta no pudo conseguir su objetivo. El Buda se dio cuenta de lo sucedido y permaneció impasible, sin perder la sonrisa de los labios. Días después, el Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente. Muy sorprendido, Devadatta preguntó: - ¿No estás enfadado, señor?
-No, claro que no, sin salir de su asombro, inquirió:
- ¿Por qué? Y el Buda dijo:
-Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando fue arrojada.
El Maestro dice:
Para el que sabe ver, todo es transitorio; para el que sabe amar, todo es perdonable.

viernes, 23 de agosto de 2019

Cuentos y fábulas de Buda.


LA CUERDA DE LA VIDA
Cuentan que un alpinista desesperado por conquistar el Aconcagua, inició su travesía después de años de preparación.
Pero quería la gloria para él solo, por lo tanto, subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde. No se preparó para acampar, sino que siguió subiendo decidido a llegar a la cima, hasta que se hizo la oscuridad. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña; ya no podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, resbaló y se desplomó por los aires…Caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo… y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los gratos y no tan gratos momentos de su vida. Pensaba que iba a morir; sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo partió en dos…Sí, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. Después de un momento de quietud, suspendido por los aires, gritó con todas sus fuerzas:
-¡¡¡Ayúdame, Dios mío!!!
De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
- ¿QUÉ QUIERES QUE HAGA, HIJO MIO?
-Sálvame, Dios mío
- ¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?
-Por supuesto, Señor
-ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE
Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó…
Cuenta el equipo de rescate que al día siguiente encontraron colgado a un alpinista muerto, congelado, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda…A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO…
¿Y tú? ¿Qué tan confiado estás de tu cuerda?
¿Por qué no la sueltas?

miércoles, 21 de agosto de 2019

Cuentos y fábulas de Buda.


La Olita Ignorante
Érase una vez una olita pequeñita que vivía muy alegre junto a otras olitas, allí mar adentro.
A ella le gustaba mucho saltar y disfrutar de la compañía de sus compañeras. Tenía fama de ser muy alegre y divertida.
Un día por eso de las corrientes marinas, nuestra protagonista se fue desplazando hacia tierra y cuál no sería su desconsuelo cuando observó en uno de sus saltos, que las otras compañeras que le precedían terminaban rompiéndose contra el acantilado, o desapareciendo entre la arena de la playa, o fruto del reflujo marino, eran desplazadas hacia otras costas.
Toda compungida se volvió hacia su mejor amiga que se encontraba asustando a las gaviotas y le dijo:
-Qué ignorante eres. Estás jugando y divirtiéndote sin haberte dado cuenta que, dentro de poco, cuando la corriente nos lleve hacia la tierra, desapareceremos para siempre y no nos volveremos a ver.
Y su amiga, la otra ola, le contestó:
-Ignorancia la tuya, que todavía no te has dado cuenta que lejos de desaparecer estaremos juntas para siempre, porque entre todas somos… EL MAR!

lunes, 19 de agosto de 2019

Cuentos y fábulas de Buda.


El valor de las cosas
―Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…-y haciendo una pausa agregó: Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
-E…encantado, maestro -titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
-Bien-asintió el maestro.
Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó-toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió.
Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.
Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a  cambio de un anillo.
En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta. Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas-y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.
Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.
Entró en la habitación.
-Maestro -dijo-lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas.
Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-Dile al maestro, muchacho, que, si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
- ¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.
-Sí -replicó el joyero-Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…
El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

domingo, 18 de agosto de 2019

El mago qué olvido su poder.


HABÍA UNA VEZ…
Una hormiga se encontraba al lado de la entrada del hormiguero llorando; al verla tan triste, una anciana hormiga se detuvo y le preguntó ¿qué es lo que te pasa?; a lo que la triste hormiga respondió ¡Este mundo es cruel e injusto!, llevo toda la mañana recolectando hojas y semillas para traer al hormiguero, las dejé aquí en la entrada y cuando ya llevaba muchas, una cigarra vino y se las llevó todas, cuando quise detenerla me golpeó y me dijo ¡gracias estúpida! No pude hacer nada, ella era más grande y fuerte. ¿Por qué hay seres malos en el mundo que se aprovechan de los indefensos?
Al terminar de decir esto, la triste hormiga lloró más fuerte. La hormiga anciana, que la escuchaba atentamente, le dijo ¡En verdad es triste lo que te ha pasado!, pero tengo una duda ¿Por qué dejaste las hojas y las semillas a la entrada del hormiguero y no adentro? La triste hormiga se le quedó mirando asombrada.
¿A qué viene tu pregunta? ¡Es una pregunta estúpida!, cualquiera sabe que, es más fácil y cómodo dejar la comida en la entrada y meterla otro día cuando ya no estés tan cansada. además, si tienes suerte, alguien más la meterá por ti. La anciana hormiga sonrió diciendo: bueno, ahí tienes tu ganancia y tu consecuencia. Ganaste el descanso y la comodidad de no llevar la comida hasta su lugar y tuviste tu consecuencia, ¡Ése es tu aprendizaje! Si lo entiendes te harás grande y, en lugar de culpa, habrás ganado experiencia. La triste hormiga se dio la vuelta y dijo ¡Tú no entiendes nada! ¿Ves? Eres la prueba de que el mundo es cruel con los que somos inocentes; y se alejó llorando. La hormiga anciana sonrío. Hay quienes no quieren crecer, dijo en voz baja y continuó su
trabajo.

viernes, 16 de agosto de 2019

El mago qué olvido su poder.

HABÍA UNA VEZ…
En una pequeña isla un grupo de niños estaban jugando en un parque. Desde el lugar donde estaban se podía mirar el único túnel que conectaba la isla con el continente. La isla era tan pequeña que sólo había pequeñas casas, los padres tenían que cruzar el túnel para ir a trabajar, los hermanos mayores debían atravesarlo para ir a la escuela.
Todos en la isla lo cruzaban por una necesidad u otra.
Uno de los pequeños dijo: algún día vamos a cruzar el túnel, ¡Yo quiero llegar corriendo y contento! Otro dijo ¡Yo quiero llegar gateando! uno más, llorando ¡Yo no quiero llegar! Y otro ¡A mí me da miedo llegar! Una niña dijo ¡Yo quisiera saber qué hay del otro lado! Cada niño decidió cómo quería llegar al túnel el día que les tocara llegar. De la misma manera, todos podemos elegir cómo queremos llegar cuando nos toque llegar.

miércoles, 14 de agosto de 2019

El mago qué olvido su poder.


HABÍA UNA VEZ…
El ángel en su mundo etéreo observaba a los humanos y se preguntaba ¿Qué son las emociones? Puedo ver que, ante ciertas circunstancias, los humanos derraman agua de sus ojos o que las comisuras de sus labios se repliegan hacia arriba mostrando los dientes y que sus ojos brillan. También sé que colocan sus brazos alrededor de otros seres humanos y dicen sentirse bien; hablan de alegría, de tristeza, de dolor, de pasión, de excitación y entonces sus rostros se contraen, su piel cambia de color. Su cuerpo habla… su cuerpo. Creo que por eso los humanos tienen un cuerpo material: para poder vivir lo que llaman emociones, para poder experimentar la vida, para poder expandir su alma y el alma de los demás.
Eso pensaba el ángel, pero nunca lo supo de cierto. El ángel no tenía un cuerpo.

lunes, 12 de agosto de 2019

PENSAMIENTOS MARCO AURELIO


…a todas estas reglas saludables hay que agregar todavía otra, y es la de la definición clara del asunto que venga al pensamiento, con objeto de ver clara y distintamente lo que es en sustancia, considerándolo todo y en sus partes separadas, y poder decirse a sí mismo su verdadero nombre, así como el nombre de las partes que lo componen y en las que debe resolverse. Porque no hay nada que pueda educar y engrandecer tan bien el alma como el analizar con método y precisión todo aquello con que se tropieza en la vida y como el examinar siempre todos los objetos de tal modo que se pueda conocer inmediatamente a qué orden de cosas pertenece, cuál es su utilidad, qué importancia tiene en el universo y con relación al hombre, verdadero ciudadano de esta urbe celeste en la cual las demás ciudades, por decirlo así, solo representan las casas.
Es preciso, además, saber qué es cada objeto, qué elementos lo componen, cuánto tiempo debe durar, qué actividades ha de poner en práctica con este motivo: si la paciencia, si la firmeza, si la sinceridad, si la buena fe, la resignación, la frugalidad o cuál otra. He aquí por qué ante cualquier acontecimiento es preciso decir: esto me viene de Dios; eso otro es una consecuencia necesaria del sistema general, de la relación y concordancia de todas las cosas, cuyo resultado es esta coincidencia fortuita; aquello proviene de mi conciudadano, de mi pariente, del amigo que desgraciadamente ignora lo que le prescribe nuestra naturaleza; pero yo, que no lo ignoro, le trataré con benevolencia y justicia, según la ley natural de la convivencia. No obstante, y aun cuando se trata de cosas indiferentes, me aplicaré por mi parte a calcular cada una de ellas en su justo precio.

viernes, 9 de agosto de 2019

PENSAMIENTOS MARCO AURELIO


Si cumples tu cometido en el presente según la recta razón, con cuidado, persistencia, alegría y serenidad, sin distraerte en nada extraño; si conservas constantemente puro el genio divino que te anima, como si tuvieras que restituirlo en cualquier instante; si unes a estas excelencias el no verte atado por el deseo o por el temor; si te limitas a hacer lo que haces conforme a la naturaleza de tu ser y decir sencillamente la verdad en todos tus discursos y en todas tus palabras, vivirás feliz. Y ciertamente que nadie puede impedirte el que te conduzcas de este modo.

miércoles, 7 de agosto de 2019

PENSAMIENTOS MARCO AURELIO


Así como los médicos tienen siempre a su alcance los aparatos e instrumentos ya preparados para servirse de ellos en caso de operaciones imprevistas, procura así mismo estar animado de los principios necesarios que te den a conocer tus deberes para con los dioses y para con los hombres, con objeto de que no pierdas de vista, aun en el asunto más insignificante, el encadenamiento estrecho que existe entre estas dos clases de deberes; pues ten presente que no podrás cumplir bien tus deberes en las cosas humanas si no consideras la conexión que guardan con las divinas, y recíprocamente.

lunes, 5 de agosto de 2019

PENSAMIENTOS MARCO AURELIO


No te abandones más, porque no tendrías luego tiempo de repasar tus recuerdos, ni la historia antigua de los romanos y de los griegos, ni los trozos escogidos que has guardado para cuando llegues a viejo. Apresúrate, pues, a ir derecho hacia el fin que te hayas propuesto; desecha las esperanzas frívolas y procura ayudarte a ti mismo antes de que se haga tarde, si tienes realmente interés.