Nena, ¿Por qué no me llamaste? He estado muy preocupada por ti, pensé que algo te había pasado. Ya te he dicho que no me gusta que no me llames para decirme cómo estás. ¿qué tal si te pasa algo, o a mí? ¿quién te va a ayudar? ayer se te olvidó decirme que ibas a salir y hoy se te olvida decirme dónde estás. Por Dios, no me hagas eso. Tú allá, quien sabe dónde y yo aquí en casa preocupada pensando quién sabe cuántas cosas que pudieron haberte pasado, hija. No he podido hacer nada esperando tu llamada; me preocupa que te pase algo. ¿Por qué no piensas en tu madre? Por favor, no vuelvas a hacer eso. ¿A qué hora me vas a llamar mañana?
Hola, hija, ¿Cómo estás? ¿Cómo va todo por allá? Yo te cuento que acabo de llegar a argentina, el clima está maravilloso. Recién comí un platillo que, estoy segura, te encantaría probar. Esta noche vamos a una función en el teatro y mañana temprano volveremos a subir al crucero rumbo a… ya no sé ni siquiera a dónde vamos, pero es maravilloso esto de viajar y estar viva, hija. Hermosa, me despido, ya sabes cómo localizarme por cualquier cosa que necesites. No te olvides de gozar la vida, que para eso te la di: para que la vivas y te pasen muchas cosas, buenas y malas. así es como se aprende, viviendo todo con mucho amor.
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