Las
obras de los dioses están ya previstas; las de la Fortuna dependen de la Naturaleza,
que es enlace y encadenamiento de las causas que rige la Providencia. Esta es,
pues, el origen de todo, y todo lo que ocurre es necesario por cuanto
contribuye al orden perfecto de este universo en el cual estás. Todo lo que
entra en los planes de la Naturaleza y que tiende a conservarla en buen estado
es bueno para cada una de sus partes integrantes; luego la buena marcha del
mundo depende tanto de las múltiples variaciones de los elementos como del
cambio de los seres que lo constituyen. Ten presente
esto para que estas verdades te sirvan de norma. Abandona esos libros que con todo
interés estudias, mira que vas a maldecir la muerte algún día en vez de
recibirla con alma tranquila y bendiciendo a los dioses de todo corazón.
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