viernes, 7 de junio de 2019

Pensamientos - Marco Aurelio


Apenas amanezca, piensa todos los días: hoy encontraré a cualquier persona que tenga alguna de estas faltas: que sea un indiscreto, un ingrato, un insolente, un embustero, un envidioso, un egoísta. Los desgraciados que tienen estos defectos son porque no distinguen los verdaderos bienes y los verdaderos males. Pero yo, que he aprendido que el bien verdadero consiste en lo que es honesto y el mal verdadero está en lo vergonzoso, yo, que conozco la naturaleza de quien comete la falta, que sé que es hermano mío, no de sangre y de carne, sino por nuestra común participación en un mismo espíritu procedente de Dios, no puedo sentirme ofendido por su parte, ya que nada de cuanto hago podría avergonzarme. En efecto, nadie podría despojar a mi alma de la honradez; es imposible que llegue a enfadarme con un hermano y que pueda odiarle. Ambos hemos sido hechos para obrar de común acuerdo, como los pies, las manos, los párpados; como dos hileras de dientes, superior la una e inferior la otra.
Obraríamos, pues, contra la Naturaleza si fuésemos enemigos; y obraríamos así si expresásemos disgusto y aversión con estos desdichados.

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