jueves, 6 de diciembre de 2018

A mí no puedes engañarme


No importa cuánto te distraigas ni el empeño que pongas en negar quién eres, a mí no puedes engañarme, yo puedo ver tras la maraña de mentiras e ilusiones con que intentas confundirte. Tu esencia brilla con tal esplendor que aún todas esas capas de rabia, miedo y frustración con que la cubres no pueden opacar su fulgor.
Quizás quieras jugar al olvido, no hay problemas puedes hacerlo el tiempo que desees, pues para mí no hay plazos ni apuros, tengo la eternidad para esperar manifestarme en el momento preciso en que recuperes la cordura.
Yo soy la inmensidad que habita en ti, soy el resumen y la integración perfecta de eso justo que dices no ser, en ti habito y espero el grandioso día en que reconozcas
mi presencia. Soy quien postergas ser, en la presunción que algo en ti aún no está preparado para serlo.
Sé que te distraes, tantas cosas ¨importantes¨ y ¨urgentes¨ te mantienen ocupado. -Ya llegará el día-, -Quizás el año entrante tendré tiempo para recordar-, te dices a ti mismo.
Mientras tanto, consumes tu felicidad como una vela prendida en una sala vacía, te gastas en desesperada búsqueda de lo que ya tienes y olvidas que sólo necesitas
detenerte y sentir la plenitud que ya habita en ti.
Mi querido humano confundido, sufres porque sí y porque no, por lo que no tienes y por lo que sí tienes, pues temes perderlo. Sufres porque el tiempo se va y lo desperdicias como si fuese eterno, sufres por el desgaste de tu cuerpo y
lo maltratas como si fuese indestructible. Sufres porque el amor no llega a tu vida y te tratas a ti mismo con tanto desamor como si no merecieras ser amado. Sufres porque
no eres valorizado y te das a ti mismo menos valor que las posesiones que no tienes.
Si tan sólo pudieses por un segundo verte como yo te veo, si tan sólo por un momento respirases profundo y sintiese tu verdadera vibración, si tan sólo comprendieses lo
infructuoso de tanto afán, entonces tu rostro se iluminaría y tus ojos brillarían con tal intensidad que toda la ilusión que te rodea quedaría al descubierto y la grandiosidad de tu esencia se reflejaría en cada rincón de tu vida y entonces al mirar a los otros y verlos tan extraviados les dirías: -A mí no puedes engañarme-.

Conversaciones con mi Ser Superior – Jascha

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