No importa cuánto te distraigas ni el empeño
que pongas en negar quién eres, a mí no puedes engañarme, yo puedo ver tras la
maraña de mentiras e ilusiones con que intentas confundirte. Tu esencia brilla
con tal esplendor que aún todas esas capas de rabia, miedo y frustración con
que la cubres no pueden opacar su fulgor.
Quizás quieras jugar al olvido, no hay
problemas puedes hacerlo el tiempo que desees, pues para mí no hay plazos ni apuros,
tengo la eternidad para esperar manifestarme en el momento preciso en que
recuperes la cordura.
Yo soy la inmensidad que habita en ti, soy el resumen
y la integración perfecta de eso justo que dices no ser, en ti habito y espero
el grandioso día en que reconozcas
mi presencia. Soy quien postergas ser, en la
presunción que algo en ti aún no está preparado para serlo.
Sé que te distraes, tantas cosas ¨importantes¨
y ¨urgentes¨ te mantienen ocupado. -Ya llegará el día-, -Quizás el año entrante
tendré tiempo para recordar-, te dices a ti mismo.
Mientras tanto, consumes tu felicidad como una
vela prendida en una sala vacía, te gastas en desesperada búsqueda de lo que ya
tienes y olvidas que sólo necesitas
detenerte y sentir la plenitud que ya habita
en ti.
Mi querido humano confundido, sufres porque sí
y porque no, por lo que no tienes y por lo que sí tienes, pues temes perderlo.
Sufres porque el tiempo se va y lo desperdicias como si fuese eterno, sufres
por el desgaste de tu cuerpo y
lo maltratas como si fuese indestructible.
Sufres porque el amor no llega a tu vida y te tratas a ti mismo con tanto desamor
como si no merecieras ser amado. Sufres porque
no eres valorizado y te das a ti mismo menos
valor que las posesiones que no tienes.
Si tan sólo pudieses por un segundo verte como
yo te veo, si tan sólo por un momento respirases profundo y sintiese tu verdadera
vibración, si tan sólo comprendieses lo
infructuoso de tanto afán, entonces tu rostro
se iluminaría y tus ojos brillarían con tal intensidad que toda la ilusión que te
rodea quedaría al descubierto y la grandiosidad de tu esencia se reflejaría en
cada rincón de tu vida y entonces al mirar a los otros y verlos tan extraviados
les dirías: -A mí no puedes engañarme-.
Conversaciones con mi Ser Superior – Jascha
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