Todo aquello que te aleja de la plenitud que
habita en ti, llevándote a un mundo de preocupaciones, de insatisfacciones, de
ensoñaciones, de lamentaciones, de
programaciones, no viene de tu divinidad, sino
que lo genera tu incapacidad de estar anclado en el presente.
Recordar lo que ya fue y elucubrar sobre lo
que será, son quizás las formas más directas de salirse del presente. Pero existen
otras mucho más sofisticadas, todas ellas
mecanismos, basados en focalizarte en lo que
no te gusta de tu realidad.
Cuando pones tu atención en lo que no te gusta
de tu vida actual, te pierdes la posibilidad de disfrutar.
Cuando estás en el presente no hay juicio,
sólo hay experiencia; no hay comparación, sólo se vive lo que ES; no hay
ensoñación, pues estás despierto; no hay lamentación,
hay aceptación; no hay preocupación, hay
confianza; no hay programación pues hay entrega.
Tu divinidad que Soy Yo en ti, se deleita
mostrándote las maravillas que tu vida te regala, te sopla al oído esas bendiciones
que podrán pasar desapercibidas a los demás,
pero no a ti.
Ante ti se revela un mundo dorado, con
personas sonrientes, donde el canto de los pájaros es la melodía que te acompaña,
donde en cada experiencia hay un aprendizaje
que te maravilla, donde tu creatividad fluye
sin obstáculos, donde la magia es posible, donde el amor hacia ti mismo es una
realidad.
Ese mundo maravilloso está Aquí y Ahora
esperando que lo descubras, sólo requiero de tu voluntad para develártelo.
No te recrimines a ti mismo, cuando te des
cuenta del poco tiempo que permaneces en este estado, simplemente ríete, respira
profundo, agita tu cabellera al viento y cuando lo desees, retoma alegre la
senda del camino que te muestra la
verdadera naturaleza de tu Ser.
En el Aquí y en Ahora se encuentra el presente
precioso de tu esencia divina, que Soy Yo que eres tú y que te musita al oído
que todo es perfecto.
Conversaciones con mi Ser Superior – Jascha
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