No hagas
chistes maliciosos
¿Qué
es un chiste malicioso? Primero tendré que contaros tres de ellos para explicarlo. Y tres, porque es un número muy esotérico.
El primero:
Una insólita nave
espacial desciende a la Tierra en medio de zumbidos, pitidos y chirridos. Dos
extrañas criaturas salen flotando de ella y se posan en el suelo. Son una
pareja de marcianos —los dos científicos— que están de visita exploratoria en
nuestro planeta. Y deciden que la mejor manera de conocer la Tierra es
comunicarse con alguno de sus habitantes. Así que comienzan a dar sus saltos en
busca de candidatos. Entran en un edificio —de la forma misteriosa en que los
marcianos hacen esas cosas— y eligen una pareja de recién casados: Everett y
Gladys Sprinkle.
Naturalmente,
Everett y Gladys están totalmente sorprendidos, pero se acomodan rápidamente a la situación. Los recién casados tienen una manera especial de adaptarse a las más
asombrosas sorpresas.
Después
de hablar un poco de esto y de aquello, la conversación gira hacia el tema de la reproducción.
El marciano asombra
a los Sprinkle con la oferta de demostrar la manera que tienen de reproducirse
en su planeta. Turbados, pero sin tener tiempo de protestar, los Sprinkle
observan cómo el marciano agarra a la marciana y le pone en la frente los ocho
dedos rechonchos de su única mano. El comienza a echar chispas, ella centellea
y, de repente, aparece una abertura en el costado de la marciana... De ahí sale
un bebé que comienza a dar saltitos por el cuarto de estar de Everett y Gladys.
Y ahora, naturalmente,
el marciano pregunta que cómo es la reproducción en la Tierra. Los Sprinkle
vacilan por unos instantes y finalmente deciden que sería muy difícil el
describirlo. Así que, en interés de la cooperación interplanetaria, se quitan
las ropas y ofrecen una demostración.
Los
marcianos observan su ejecución cautivados. Y una vez que han terminado, la marciana pregunta:
—¿Cuándo vendrá el
niño terráqueo?
Gladys, sacudiendo
la cabeza, les cuenta que aún tardará nueve meses.
Los marcianos se
quedan asombrados con la respuesta.
Y el extraterrestre
pregunta:
—Pero si el niño no
viene hasta dentro de nueve meses, ¿por qué estabais tan ilusionados tan sólo
hace un instante?
El segundo:
Un hombre va al
médico porque no se siente bien. Éste le hace las preguntas de rigor:
—¿Ha comido o
bebido demasiado?
—No —dice el
paciente.
—¡Bien!,
¿se ha estado usted acostando muy tarde últimamente?
—No —responde el
paciente.
El médico piensa
sobre el problema por un momento y finalmente dice:
—¿Y las relaciones
sexuales?
—Raras... —musita
el hombre con resignación.
—¡Aja! —dice el
doctor— así que, ¡raras...! ¡Pues, amigo mío, tendrá usted que dejar esas
perversiones si quiere mejorar!
Y el tercero:
Una
mujer va al supermercado a comprar brécol. Se dirige al dependiente en el mostrador de las verduras y dice:
—Por favor, ¿tiene
usted brécol?
El dependiente
responde:
—No, señora. Hoy no
me queda. Venga usted mañana.
Unas horas más
tarde, la mujer vuelve de nuevo y le pregunta al mismo hombre:
—Por favor, ¿tiene
usted brécol?
—Señora, ya le he
dicho que hoy no tengo brécol.
La señora se va,
pero vuelve un poco más tarde con la misma pregunta. El hombre ya estaba
desesperado y le dice:
—Señora, voy a
explicárselo con un juego gramatical: tomate tiene la palabra «toma» dentro, ¿correcto?
—¡Correcto! —dice
la señora.
—Y plátano tiene la
palabra «plata» dentro, ¿correcto?
—¡Correcto!
—responde la señora.
—Ahora viene la
pregunta interesante: ¿tiene la palabra «joder», brécol?
—¡No, joder, no
tiene brécol! —responde ella con prontitud.
—¡Ésa
es la verdad, señora! —dice el dependiente—. ¡Ahora repítalo hasta que usted misma se convenza!
No sé si son
chistes maliciosos o no, pero una cosa es cierta, Atisha hubiera disfrutado con
ellos.
De hecho, con
«chistes maliciosos» Atisha quiere decir algo totalmente diferente. Él se
refiere a: no digas nada contra nadie, no hagas daño a nadie cuando no esté
presente, no hagas daño a nadie a sus espaldas.
La
traducción no es exacta. El significado de Atisha completo es: no murmures sobre la gente con la intención deliberada de hacerles
daño, porque eso no es un chiste, eso no es divertido, eso no tiene humor.
Atisha no puede estar en contra del sentido del humor. Es imposible. Ningún
hombre de su inteligencia y de su conciencia puede estar en contra del sentido
del humor. De hecho, personas como Atisha son las que han aportado el mejor
humor religioso al mundo. Atisha viene de la tradición de Gautama Buda, del
mismo linaje de la gente del zen. Y el zen es la única religión que ha aceptado
el humor como oración. No es posible, es absolutamente imposible que Atisha no
tuviera sentido del humor.
Entonces, el sutra
no puede ir de verdad en contra de los chistes. El sutra está en contra de
herir a la gente. Lo que Atisha hace es ir profundo a la psicología del chiste,
a la razón que subyace bajo el chiste. Es lo que Sigmund Freud hizo mil años
más tarde. Sigmund Freud piensa que cuando haces un chiste acerca de alguien
hay muchas posibilidades de que seas agresivo, de que sientas ira, de que —de
una forma indirecta, simulando humor— lo que verdaderamente quieres hacer es
ofender.
Pero eso no puede
decidirlo ningún otro desde fuera; sólo tú puedes ser el juez.
Si hay una
intención deliberada de ofender a alguien en tu mente, de hacer daño a alguien, si se trata de violencia disfrazada de humor,
evítalo.
Pero si no es
violencia, si es tan sólo puro sentido del humor, sentido de la diversión,
sentido de no tomarse la vida en serio, de no tomarse la vida demasiado en
serio, entonces no hay problema.
Si me encuentro
algún día con Atisha le voy a enseñar unos cuantos chistes. Y tengo la
impresión de que disfrutará con ellos.
Los chistes pueden
ser tan sólo puro humor, sin que contengan violencia alguna. A veces desde la
superficie uno puede pensar que hay algo de violencia, pero no se trata de lo
que los otros piensen, la cuestión es cuál ha sido tu intención. Es una
cuestión de intención. Puedes sonreír con la intención de ofender; entonces
sonreír se convierte en pecado. Cualquier cosa puede convertirse en pecado si
en lo profundo el deseo es de ejercer violencia. Y cualquier cosa puede
convertirse en virtud si en lo profundo existe el deseo de crear más alegría en
la vida, más risa.
Mi propia
comprensión es que no hay nada más valioso que la risa. La risa es lo que más
te acerca a la oración. De hecho, cuando eres total, lo único que queda en ti
es la risa.
En cualquier otra
cosa eres parcial; incluso en la relación sexual amorosa, eres parcial. Pero
cuando una risa verdaderamente sincera te sale del vientre, todas las partes de
tu ser —la fisiológica, la psicológica, la espiritual— vibran en un solo tono,
todas vibran en armonía.
Por eso la risa
relaja. Y la relajación es espiritual. La risa te trae a la tierra, te baja de
tus estúpidas ideas de ser mejor que los demás. La risa te trae a la realidad
tal y como es. El mundo es el juego de Dios, un chiste cósmico. Y a no ser que
lo tomes como un chiste cósmico nunca serás capaz de entender el misterio
último.
Estoy totalmente a
favor de los chistes, estoy totalmente a favor de la risa.
A Atisha le han
traducido mal. Lo que él quiere decir en realidad es: No seas violento, ni
siquiera con las palabras. Incluso en las bromas, no seas violento, porque la
violencia engendra más violencia, la ira trae más ira, y crea un círculo
vicioso que no tiene fin.