miércoles, 22 de abril de 2020

Anécdotas del Talmud - EL VERDADERO HEREDERO


Una madre le dijo a su hija:
-Debes tener mucho cuidado con tus amoríos, no quisiera que seas como yo.
¿Qué significa como tú? -preguntó la hija
-Debo confesarte un secreto. Tengo diez hijos, pero solamente uno de ellos es el hijo del que ustedes llaman padre.
El marido escuchó la conversación y no dijo nada. Años más tarde, en su lecho de muerte dio instrucciones para que todos sus bienes fueran para su único hijo.
Después de su deceso prevaleció la confusión. La familia afligida quedó perturbada. Cada hijo se decía el heredero; así fueron a ver a Rab Banai, para pedirle consejo.
El Sabio les aconsejó que fuesen a la tumba del padre y golpearan hasta que se levantara y entonces le preguntaran cuál era su intención.
Nueve de los hijos hicieron lo que dijo el Rabí; fueron a la tumba y la golpearon, esperando recibir un signo. Uno de los hijos se negó a lo que llamó falta de respeto y se quedó en casa.
Observando esto, Rabí Banai dictaminó:” Este hijo es el verdadero heredero. Toda propiedad le pertenecen, puesto que fue el único que mostró el debido respeto a su padre.”

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