Rabí Ioshúa se encontró con un conocido que le dijo:
-Querido amigo, hace más de un mes que no nos vemos,
¿qué debo decirte?
-Debes pronunciar una bendición- respondió el Rabí.
- ¿Cuál sería la apropiada?
-Bendito Seas Tú, Eterno, que nos dejaste vivir, nos
sostienes y nos hiciste llegar a esta ocasión.
-Es una buena bendición- pero qué sucedería si
pasara un año sin verlo, ¿cuál sería la bendición que debería decir?
-En esa ocasión- respondió Rabí Ioshúa- la bendición
sería: Bendito eres Tú, que revives a los muertos.
- ¿Cómo puede ser? Los muertos no se olvidan hasta
después de un año.
-Es verdad-dijo el Rabí-pero si tu no viste ni escuchaste nada de un amigo durante más de un año, puedes considerarlo como si
estuviera muerto.
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