miércoles, 16 de octubre de 2024

No hay incendio como la pasión: no hay ningún mal como el odio. – Buda Gautama

El joven pescador estaba sorprendido de que el viejo encontrara tantas ostras con perlas dentro. El joven se levantaba de madrugada y pasaba todo el día buceando en la búsqueda de éstas. No le era fácil encontrarlas y de las que encontraba, ninguna tenía perla. ¡Malditas ostras! — decía— ¡No me quieren regalar su tesoro!

Cierto día, cansado de buscar y buscar, decidió acercarse al viejo y preguntarle cuál era su secreto para encontrar tantas perlas. Es muy sencillo —dijo el viejo—. Cuando encuentro una perla, le agradezco a la ostra por todo el trabajo y empeño que puso en convertir un grano de arena en ese maravilloso tesoro, luego le doy un beso y con amor la devuelvo a su lugar. Las ostras no regalan sus tesoros a aquellos que no valoran su origen.

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