martes, 13 de agosto de 2024

El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta. – Charles Dickens

Soy hombre y me siento orgulloso de serlo. Soy el heredero de mis ancestros, de todos esos hombres que vivieron antes que yo: guerreros, sabios, gobernantes, padres, hijos, hermanos. Seres fuertes y de gran corazón, seres humanos con sentimientos y emociones.

Reconozco en mí la fortaleza y también la vulnerabilidad de mi masculinidad. Reconozco que sentir, llorar, rendirse, ser vulnerable es cosa de valientes: sólo los valientes se permiten arriesgarse a tocar su corazón. Desde mi corazón agradezco a mi padre, a mi abuelo y a todos los hombres como yo, que día a día vivimos nuestra vida.

Como hombre, reconozco y respeto mi masculinidad, mi lugar, y desde mi lugar respeto a la mujer con su feminidad y su fortaleza. La energía masculina es ruidosa, la femenina es sutil, y ambas tienen su propia fuerza: son distintas en forma pero igual de potentes en fondo.

La vida no es una batalla, es una danza donde yo decido mis pasos y elijo el ritmo. De hoy en adelante, como buen guerrero, dejo de luchar contra mí y tomo mis herramientas para enfrentar el día con el corazón, despierto, completo. Soy de una pieza, soy de línea. Soy un hombre.


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