lunes, 1 de julio de 2019

Pensamientos - Marco Aurelio

Si encuentras algo en la vida humana que valga más que la justicia, la verdad, la templanza, el valor o, mejor aún, más que la virtud de un alma que se basta a sí misma en las circunstancias en que está permitido obrar según la recta razón y que se confía al destino en todo aquello que no depende de ella; si quizás encuentras algo preferible, vuelvo a decir, dirige hacia esto toda la potencia de tu alma y hazte con tan precioso hallazgo.

Pero si, por el contrario, no ves nada mejor que el genio divino que reside en tu interior, que ordena tus propios deseos, que examina el fondo de tus pensamientos, que huye de los ataques de los sentidos, como decía Sócrates, que se somete por sí mismo a los dioses y que ama a los hombres; si todo lo demás te parece vil e insignificante en comparación de este genio, deséchalo, no sea que te impida conceder toda tu estima y desvelos a ese bien particular de los seres de tu especie y el único que verdaderamente te pertenece.

Este bien, privilegio de la razón y principio de las virtudes sociales, no puede sustituirse ni aun inocentemente con otro cualquiera, como las alabanzas de la plebe, las dignidades, las riquezas o la voluptuosidad. Todas estas cosas puede que algunas veces nos convengan y hasta estén de acuerdo con nuestra naturaleza; pero este es precisamente su gran peligro, pues a la menor tolerancia se sobreponen a la virtud y nos arrastran a la perdición. Elige, pues, con claridad y como hombre libre el bien superior, y una vez elegido, ¡cuidado no lo pierdas! «Pero lo mejor –dirás tú– es lo útil».

Perfectamente; y si esta utilidad está de acuerdo con tu condición de ser razonable y espiritual, no la desdeñes. Pero ¿y si solo te es útil en cuanto ser animal? Conoce tú mismo este punto antes de decidirte y conserva sin alardes tu decisión para que te sirva de fundamento en tus exámenes íntimos.

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