Cuando el genio que mora en nuestro interior ordena
y manda de acuerdo con la Naturaleza, toma frente a los acontecimientos una actitud
tal que pueda en todo momento y según las circunstancias modificarla sin
esfuerzo ni pesar. No tiene preferencia por una materia determinada, y si
adopta un sistema, solo es bajo condición.
Cuando tropieza con algún obstáculo hace de este un
motivo de ejercicio, y, cual el fuego, se apodera de todo cuanto encuentra a su
paso. Que la luz de un farol se apagaría, pero una hoguera consume todo lo que
se le echa y las llamas son cada vez más grandes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar y hacer más grande esta página.